Desahuciado a sus 87 años (o el eterno incomprendido)

“Puedo arrastrarme a tu puerta

Puedo hacer que estés despierta

Las mil y una noches porque

Estoy atado a un sentimiento

Sólo estoy atado a un sentimiento”

MIGUEL MATEOS

“No es lo mismo ser que estar

No es lo mismo estar que quedarse, ¡que va!

Tampoco quedarse es igual que parar

No es lo mismo

Será que ni somos, ni estamos

Ni nos pensamos quedar”

ALEJANDRO SAENZ

Una celebración vetusta, sin ángel, y no por aquello de la edad. Podríamos estar celebrando una verdadera soberanía energética o de ‘a perdis’ la gasolina a 10 pesos el litro, pero ni una cosa ni la otra. Ayer se festejó únicamente a un Pemex decrépito, quebrado; al ente cargado de dudas, de deudas, de prejuicios, de mitos y de hartas fobias.

Eso sí, no podía faltar la familia Cárdenas, las viejas figuras, las de siempre. Y las eternas promesas.

Sacar brillo de ¿glorias? pasadas que solo celebran el recuerdo de lo que pudo ser, pero nunca fue ni será. Si tan solo hubieran sacado sus manos y dejarlo volar libre. Ese era el propósito de la reforma del 2013 y estos de ahora quieren cualquier cosa —nada— antes que eso. O eso mismo, pero sin llamarle igual…. El obradorismo, como buen heredero del priismo, del populismo rancio, siempre prefirió lo mediocre y lo decadente.

En la ceremonia de este martes poco les faltó aplaudir que Petróleos Mexicanos es uno de los monopolios que—junto con la CFE— en lugar de tener ganancias astronómicas tienen pérdidas abismales.

¿Festejar las pérdidas por más de 620 mil millones de pesos tan solo en el 2024? ¿A la petrolera más endeudada del mundo, con el mayor número de trabajadores y de jubilados, con una de las peores calificaciones crediticias de cuanta empresa hay de su calibre en el orbe y una deuda con proveedores que supera los 18 mil millones de dólares? ¿A las pérdidas en las refinerías, ahora también incluida Deer Park? ¿Estamos locos? El ‘segundo piso de la “transformación”’, sí.

Si eso no fuera suficiente, la variable producción también disminuyó en el sexenio de López Obrador (no, no hablamos de Felipe Calderón; datos de Pemex). El capital negativo cuando Peña Nieto —de 1.5 billones de pesos— empeoró con el tabasqueño y ahora agreguemos se tiene desaprovechada Dos Bocas. Esta, la “joya de la corona”. ¿O debemos decir el mayor fraude de Pemex?

El gasto diario en esta nueva refinería supera los 190 millones de pesos. Hoy su producción es apenas el 26% de lo previsto; 100 mil barriles diarios, suponiendo que estos ya no llevan agua ni salitre… Lejos, muy lejos de los 380 mil barriles diarios que se prometieron y más lejos todavía de desquitar los casi 20 mil millones de dólares que gastaron de nuestros impuestos en construir Dos Bocas (y, se sospecha, enriquecer a muchos morenistas y amigos). No olvidar que se aseguró —y aprobó— sería un presupuesto de “solo” 8 mil millones… Hoy se sabe el sobrecosto continuará y se puede atribuir a ajustes, cambios en el diseño operativo, pero sobre todo a los muchos amiguismos y a los aún más malos manejos.

La situación es tan mala que la presidenta Sheinbaum tuvo que realizar un decreto de leyes energéticas que incluyen un mecanismo por el cual Pemex comparte gastos y ganancias con privados. Tanto criticar el neoliberalismo para terminar imitándolo… pero mal. Y es que si en la época neoliberal se tenían licitaciones públicas y algo de transparencia (¿verdad Lozoya?), en esta época esos controles se han eliminado. Así que, ¿hablamos de asociaciones entre Pemex y empresas donde ambas entidades compartan ganancias o se tratará de asignaciones, compadrazgos y dedazos, que le carguen a los contribuyentes todas las pérdidas?

Y hablo de pérdidas porque Pemex no produce los mínimos; no somos autosuficientes en gasolina ni en diésel. Administrar el 100% de unas ganancias inexistentes es equivalente a administrar nada.

De hecho, ojalá fuera nada. Actualmente se administran millonarias pérdidas; el costo no pedido por todos los mexicanos para mantener la llama encendida del orgullo de unos cuantos morenistas. Los que aplaudían ayer.

Y sí, si alguien le quiere echar la culpa al priismo de esta desgracia, lo tacharíamos de hipócrita. Y es que el Revolucionario Institucional ocupa prácticamente toda la historia del México posrevolucionario. Empezando por el general Lázaro Cárdenas, quien era priista… y su hijo Cuauhtémoc.

Se ha probado que ni la refinación rescató a Pemex ni sacar petróleo es tan fácil como insertar un popote en la tierra (ambas cosas en las que de empecinó López Obrador). De hecho, la mayor parte de las pérdidas de Pemex provienen de la refinación. Las otras de los pésimos manejos y el cambio de paradigma en la forma en que se mueve el transporte a nivel internacional.

Pemex, está más allá del bien y del mal. Es momento de que lo comprenda todo el mundo. Dejemos de atribuir a Pemex la salvación de México. No puede; todo lo contrario, es un desahuciado que nos hunde.

Giro de la Perinola

Hablando de rucos, de equilibrios financieros y de… malabares,

Claudia Sheinbaum reconoció a Cuauhtémoc Cárdenas como presidente legítimo resultante de las elecciones de 1988.

Algunos comentarios al respecto:

A) Monsieur Bartlett, querido de la 4t, fue el responsable, desde la secretaría de Gobernación, de aquella caída del sistema que supuestamente le arrebató la victoria al perredista para favorecer a Salinas de Gortari…

B) López Obrador continuó en el PRI, no se separó del régimen en ese momento crucial; de hecho apoyó a Salinas de Gortari. En ese entonces era funcionario en la CONASUPO de la CdMx; lo de su candidatura a la gubernatura de Tabasco vino después…

C) Reconocer el triunfo del ingeniero Cárdenas ¿es condenar lo que hizo Bartlett, la pasividad en ese momento de López Obrador y que este cobijara al ex director de la CFE entre 2018 y 2025?

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