Culiacán está de regreso

El titular no es para echar campanas al vuelo y tampoco para querer tapar el sol con un dedo. Cuando digo que “Culiacán está de regreso” es porque pienso que hay elementos para decirlo, aun cuando hay que reconocer al mismo tiempo, que la situación de inseguridad no ha sido superada del todo.

El operativo “Culiacán en Movimiento”, anunciado la semana pasada parece haber dado resultados inmediatos. Este fin de semana largo, se percibió el movimiento. Las familias decidieron salir y disfrutar del puente. Los destinos turísticos más cercanos se vieron concurridos, y la ciudad, con afluencia en restaurantes.

Desde el 14 de febrero dieron muestra de cambios, y en ese entonces los restaurantes estuvieron con líneas de espera de hasta dos horas en algunos casos.

La percepción de seguridad debe haber cambiado entre los culiacanenses. Los puestos de seguridad instalados en diversos puntos de la ciudad han dejado de percibirse como extraños para comenzar a dar certeza de proximidad social por parte de las corporaciones de seguridad.

El alcalde Juan de Dios Gámez ha dado un paso al frente en todo este tema. Lo vemos activo en sus redes, visitando colonias, inaugurando pavimentaciones, atendiendo programas y reuniones para mejorar integralmente el bienestar de los culiacanenses.

Gámez Mendívil es sin duda santo y seña del movimiento “rochista” en la entidad, y probablemente de los más aventajados del grupo del gobernador. Tiene un estilo particular, humanista y sereno, y ello tiene realizando un gran papel como edil capitalino.

Creo que sociedad y gobierno están haciendo su parte para salir del bache al que la ciudad fue arrastrada por una guerra del crimen organizado. El pueblo es sabio y se adaptó a una realidad. El cambio de horario en muchos negocios funcionó. Las actividades que se vieron mermadas, han recuperado su estatus original, y en otros se han acomodado a un nuevo horario.

Lo cierto es que la dinámica no terminó por frenarse jamás, y la reactivación avanza satisfactoriamente.

Los que se quejan más amargamente del aspecto económico, son los empresarios de siempre, que han querido tener a sus empleados ganando el salario mínimo con el menor de los descansos. A ellos les duele que sus empleados salgan temprano del trabajo por su seguridad. Les duele también que su discurso de fantasía y catástrofe jamás se viera cristalizado en una realidad de por si compleja.

Los emprendedores y los trabajadores, esos jamás se rindieron, y como buenos culichis, salieron todos los días para trabajar y llevar sustento a sus familias. Para ellos Culiacán era libre, se podía transitar, se podía comerciar, se podía trabajar y hacer de todo. El culichi así es, aventado, valiente y noble. Mi reconocimiento para toda la sociedad culiacanense que jamás permitió verse a sí misma superada por una crisis de seguridad completamente ajena para ellos.

Vanessa Félix en X: @vanessafelixmx

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