Derrama económica: extranjeros se niegan a pagar cuenta en Yucatán y todavía se llevaron sus bebidas

Otra más de los expats
Espacio Gentrificado.- Una pareja de extranjeros se negó a pagar su cuenta en una cafetería en Yucatán y, al final, ¡todavía se llevaron sus bebidas!
Los gandallas hicieron de las suyas en un local llamado Coastal Café Chelem, ubicado en el estado de Yucatán, donde unos expats no quisieron pagar la cuenta alegando que los platillos no eran como en las fotos.
Siguen los extranjeros haciendo de las suyas
“Dos clientes extranjeros consumieron sus bebidas y luego se negaron a pagar las bebidas y comidas, alegando que la calidad no coincidía con las fotos de nuestro menú. Queremos aclarar que todas nuestras fotos son tomadas de nuestros platillos servidos diariamente, sin edición, precisamente para evitar este tipo de situaciones. A pesar de sus reclamos, consumieron todas las bebidas y tuvimos que retirar la comida”, explicó el negocio en una publicación en su cuenta de Facebook.
De inmediato, la publicación se hizo viral, precisamente porque esta no es la primera vez que los fuereños hacen cosas en nuestro país que nomás no, cambiando por completo esa idea de que “el turismo es una bendición”.
De igual manera, los propietarios del café explicaron que, a pesar de que estas criaturitas del Señor se comieron todos sus platillos, fue hasta el final cuando aseguraron que no les habían gustado, retirándose del lugar… pero con todo y bebida “que no había sido de su agrado”.
“Lamentamos profundamente cuando las expectativas no se cumplen, pero el comportamiento de estos clientes fue inaceptable y una falta de respeto hacia nuestro equipo. Amamos a todos nuestros clientes extranjeros que nos visitan. Siempre hemos resuelto cualquier inconveniente de nuestra parte al momento. Sin embargo, no permitiremos que nadie trate de forma despótica a nuestro equipo de trabajo”, declaró finalmente el negocio, que ahora empezará a pedir pasaporte antes de poder entrar al lugar.
“En el momento se le llama a la policía y se les obliga a pagar lo que consumieron. Aquí no es EE.UU. o Canadá, donde puedes comer gratis empleando esta estrategia”, “Si al momento que les llevaron la comida se hubieran quejado de la calidad, sería diferente. No después de comer y hasta llevárselo”, “Esa gente no conoce la vergüenza, son unos aprovechados. La señora sale con su vaso en la mano y dice que no le gustó”, fueron algunos de los comentarios que dejó la situación.