Enfermarse en este país

Enfermarse en este mi país, México, huele a muerte y a vida.

Tenía prácticamente unos 8 días de haberme ausentado de escribir mi columna, es una de las cosas que más he extrañado.

Soy de las mexicanas suertudas por haber contado con recursos para haberme podido operar en un hospital privado.

No fue nada fácil desembolsar más de 300 mil pesos que con mucho esfuerzo había ahorrado para otros fines, pero vino el diagnóstico: Esófago de Barret. ¿Qué quiere decir? Pues que se forma una gastritis grave lo cual provoca que en el esófago se vayan formando células precancerosas.

Así que no había opción: Sí o sí había que operar y no en un plazo lejano. Y tuve que hacerlo en la CDMX, esa que en verdad tiene a los mejores médicos. Y no es que en Querétaro no los haya, por supuesto que los hay, pero el oncólogo que me ha tratado toda la vida por el cáncer de mama radica allá así que decidí que fuera en mi ex CDMX.

No les quiero contar por todo lo que cobraron en el hospital porque fue una locura. Pero estoy con vida a pesar de que algunas cosas se complicaron de la cirugía.

Sinceramente siempre creí que me moriría por esta cirugía, pero uno de mis doctores queretanos me dijo que yo era “fuerte y guerrera” y pues creo que tiene razón y decidí tener valor y enfrentarme a esta cirugía.

En mi mente y corazón estuvieron presentes las miles de personas que con seguridad no han podido operarse por falta de recursos económicos. Ellas se mueren sin duda.

Me sentí afortunada por estar anclada a un quirófano privado pero muy triste por los que no pueden contar con esa bendición.

El cansancio es mucho todavía, por lo que les ofrezco una disculpa por ser tan breve mi columna en esta ocasión.

Solo quiero decirles a los que tengo el honor de que me lean que estoy hoy con vida. Solo por hoy.

Agradezco a mi jefe Federico Arreola por su humanidad y su paciencia para brindarme estos días de ausencia como columnista, diciéndome: “vas a estar muy bien”.

Prometo volverme a conectarme con el mundo para todos ustedes.

Es cuanto.

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