Daria Saville y un proceso de redención en Mérida
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Clasificada a la ronda de semifinales tras el abandono de la española Paula Badosa, la australiana Daria Saville jugará este sábado su primera semifinal en prácticamente cinco años, debido a las múltiples lesiones que ha sufrido desde la pandemia por covid-19.
Con un problema en el tendón de Aquiles y una lesión de ligamentos cruzados en la rodilla, la australiana que arrancó la semana cómo 121 del mundo, además de haber asegurado ya si regreso al top 100 de la WTA, aún aspira a mejorar su nivel individual, tras llegar como jugadora en la qualy y hoy estar en la antesala de una final de categoría 500.
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“Desde todo este tema de la pandemia he tenido dos cirugías mayores en mi vida, así que ha sido un camino largo por recorrer. Siempre tuve ese temor de no volver a jugar como lo hacía previo a estas situaciones pero hoy estoy aquí y no doy nada por sentado”, admitió.
“Cambia” la raqueta, por la fisioterapia
Tras regresar a las canchas luego de sus lesiones, la australiana asegura que el proceso de recuperación la ha alejado incluso del trabajo con la raqueta y la pelota, al estar irónicamente más tiempo con fisioterapia en busca de estar más tiempo en el campo de juego.
“Había estado jugando todos los torneos posibles y la semana pasada pensé mucho en venir a México o darme un respiro, volver a casa y entrenar, pero nunca sabes si vas a tener una gran semana y mucho depende también de las condiciones del torneo. Me gusta mucho Mérida y el campo de juego y creo que todo se acomodó estos días”, señaló.
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Al haber llegado junto a la colombiana Emiliana Arango al torneo de clasificación previo, Saville no aguantó las risas al recordar cómo ambas tuvieron que compartir cancha de entrenamiento los días previos a comenzar actividad en Mérida, al inclusive resguardarse juntas de la lluvia, sin pensar en algún momento que se medirían en una instancia de semifinales. “Quizás ella sí se veía jugando semifinales, pero yo definitivamente no”.