Tras el rastro de El Brutalista
En las vastas praderas nevadas de Minnesota, un monasterio modernista ha pasado décadas en relativo anonimato, hasta que Hollywood lo rescató del olvido.
La Abadía de San Juan, con su imponente estructura de hormigón y su icónico campanario emergiendo de una fachada hexagonal, ha servido de inspiración para El Brutalista, el drama de tres horas y media que compite como una de las favoritas en los Premios Oscar.
La película, dirigida por Brady Corbet, narra la historia de László Tóth, un arquitecto judío que emigra a Estados Unidos tras sobrevivir al Holocausto. Su vida y obra están inspiradas en Marcel Breuer, una figura clave del movimiento modernista y autor del diseño de la Abadía de San Juan.
Foto: AFP | Arquitectura de EL Brutalista
La conexión entre ambos ha llevado a una renovada apreciación del monasterio, cuya historia real es tan fascinante como la del filme.
El proyecto de la Abadía de San Juan surgió en la década de los 50, cuando el abad Baldwin Dworschak buscaba modernizar la iglesia benedictina. En un movimiento inesperado, envió invitaciones a algunos de los arquitectos más influyentes de la época, entre ellos Richard Neutra, Walter Gropius y Eero Saarinen.
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Finalmente, el elegido fue Marcel Breuer, un húngaro formado en la Bauhaus, cuya visión arquitectónica transformó el monasterio en un ícono del modernismo.
El diseño de Breuer, considerado “extraordinario” por expertos, presenta un audaz uso del hormigón, formas geométricas innovadoras y una monumentalidad inusual para un monasterio rural.
Sin embargo, su ejecución no estuvo exenta de conflictos. Uno de los más notorios fue el rechazo de los monjes a los vitrales diseñados por Josef Albers, amigo y colaborador de Breuer, lo que generó una fuerte disputa con el arquitecto.
BRUTALISMO EN DEBATE
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A pesar de su título, El Brutalista ha sido objeto de críticas por parte de arquitectos e historiadores del arte. Muchos señalan que la película apenas muestra arquitectura brutalista y que su protagonista, aunque inspirado en Breuer, no encaja del todo en la corriente.
El brutalismo, un estilo surgido en la posguerra, se caracteriza por el uso de hormigón expuesto, formas geométricas imponentes y una estética minimalista y funcional.
Sin embargo, la Abadía de San Juan se enmarca más en el modernismo temprano que en el brutalismo puro, lo que ha generado confusión.
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Además, la cinta toma licencias históricas que han desconcertado a los expertos. En la película, Tóth llega a Estados Unidos en la posguerra como un inmigrante desconocido, mientras que en la realidad, arquitectos como Breuer y Gropius emigraron en los años 30 y fueron recibidos con prestigiosos cargos en Harvard y otras instituciones.
A pesar de las controversias, El Brutalista ha puesto los reflectores sobre la Abadía de San Juan, un tesoro arquitectónico que pocos conocían. Para los monjes que aún habitan el monasterio, la atención es bienvenida, especialmente porque el edificio necesita urgentemente reparaciones.
El concreto comienza a desmoronarse, el acero se oxida y el número de monjes ha disminuido drásticamente, pasando de 340 a menos de 100 en las últimas décadas.
Aunque algunos expertos cuestionan la precisión del filme, otros celebran su capacidad para rescatar una obra maestra del olvido.
“The Brutalist” es una película que relatara la vida de Lazlo Toth, arquitecto húngaro/judío que necesita exiliarse en USA y allí comenzaría su periplo arquitectónico por las tierras donde afloraba el movimiento moderno y el sueño americano.
Pero veamos: pic.twitter.com/6X6t2IVZOj
— Bauhasaurus (@alejandrocsome) October 22, 2024
