Los persas saben jugar al ajedrez
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Hace pocos días que Irán celebró el 46 aniversario de la revolución islámica. ¿Se acuerdan? El Sah de Persia, Mohamed Reza Pahlaví, tuvo que salir junto con su familia huyendo cuando el Ayatolá Jomeini estableció la involucionista república islámica. Aquello fue una gran represión. Este Irán próspero degeneró en unas gerontocracias de imanes retrógrados que hicieron retroceder muchos años a la antigua Persia.
Por primera vez después de estos casi cincuenta años, los fastos iraníes no fueron tan magnificentes como en otras ocasiones.
Irán está herida y mucho. Su radio de influencia ha caído. Sus dos aliados políticos más importantes, Rusia y China, están ahora más interesados en los próximos movimientos del presidente estadounidense Donald Trump.
La guerra sin cuartel que ha emprendido el presidente estadounidense con su nuevo orden mundial, en el que todo tiene que gravitar en torno a Estados Unidos, tiene muy distraído no solamente a Rusia y a China sino a otros países de la región, para intentar comprender este difícil tablero de ajedrez
Sus aliados del terror, fundamentalmente Hezbolá, está muy mermado por el ejército y la inteligencia israelíes. Otros grupos terroristas como Hamás o la Yihad Islámica que, siendo sunitas y adversarios al chiismo de Irán, ahora son aliados y también están muy golpeados.
El resto de los países de la región, Siria, Jordania, Líbano, Yemen y un largo etcétera no quieren moverse y prefieren salir en la foto de perfil ahora que Estados Unidos enseña sus dientes.
Por eso Irán está herida, muy golpeada, pero, de ninguna manera está muerta. No olvidemos que los persas son elevados y saben muy bien jugar al ajedrez
@pelaez_alberto