Alemania tendrá nuevo canciller liberal: más cercano a la derecha pero anti-Trump

Friedrich Merz es el nuevo canciller electo este domingo en Alemania. Las recientes elecciones han marcado un punto de clave en la política europea que atraviesa varias crisis, pues por un lado, internamente viven la turbulencia económica, la guerra en Ucrania, los desacuerdos sobre migración y por otro, las amenazas de guerras comerciales por parte de Trump. Todo esto en el contexto de una izquierda convaleciente qué ha tenido uno de sus fracasos más estrepitosos.

El triunfo de Friedrich Merz y su bloque conservador CDU/CSU (Unión Demócrata Cristiana y Unión Social Cristiana) con el 28.5% de los votos, junto con el ascenso sin precedentes del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), que obtuvo un histórico 20.5%, reflejan un cambio profundo en la percepción política de los ciudadanos alemanes. Este último partido, AfD, fue el que invitó por videoconferencia a Elon Musk y que guarda una tendencia neonazi preocupante por su impacto global.

La debacle del Partido Socialdemócrata (SPD) de Olaf Scholz, que cayó a su peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial con apenas un 16.5%, subraya el descontento con el modelo de coalición progresista y el desgaste del gobierno. Estos resultados continúan por el fuerte resurgimiento de las derechas en Europa.

El rechazo fue muy claro pues la participación electoral del 83% fue la más alta desde antes de la reunificación en 1990, según las encuestas de salida. Los hombres tendieron más a votar por la derecha, mientras que las mujeres mostraron un mayor apoyo a los partidos de izquierda.

Así como Zelenski, Friedrich Merz es un político sin experiencia previa en el gobierno, pero en aquel país no es tan sencillo gobernar pues se trata de un sistema parlamentario en el que su partido no tiene la mayoría suficiente, por lo que enfrenta el enorme reto de formar una coalición en un “Bundestag” más fragmentado que nunca. La prensa internacional dice que su postura más eurocentrista y su promesa de buscar la “independencia real” de Europa frente a Estados Unidos marcan una ruptura con la tradición atlanticista de su predecesora Angela Merkel. De hecho, rechaza su legado.

En Alemania no se vive un panorama blanco y negro o definidamente polarizado entre dos propuestas antagonicas, como estamos acostumbrados a entender la política de actualidad en México. Es algo mucho más complejo, en el que los partidos pequeños si tienen relevancia propia pues son claves para definir las mayorías aunque aquello implique perder el monopolio de la visión política. Merz criticó la injerencia estadounidense en la campaña electoral y sugirió una reconfiguración del papel de Alemania en la OTAN, cuestionando incluso el futuro del pacto en su forma actual en sus primeros posicionamientos.

El giro a la derecha en Alemania podría alterar el equilibrio de poder dentro de la Unión Europea. Merz buscará reforzar la soberanía regional, un rostro más de los nacionalismos qué convergen como una tendencia obligada por Donald Trump, lo que podría traducirse en una mayor autonomía en materia de defensa, alejándose de la dependencia estadounidense y la OTAN. Esto podría generar tensiones con países que siguen apostando por la cooperación transatlántica, como Francia y los estados bálticos, y podría modificar la dinámica de la política exterior de la UE respecto a Rusia y China.

Además, el ascenso de la AfD podrían influir en el discurso político dentro de Alemania y otros países europeos donde la extrema derecha sigue ganando terreno, como en Italia con Giorgia Meloni. Si bien los principales partidos han descartado cualquier cooperación con la AfD, su creciente base de apoyo sugiere que parte del electorado alemán busca respuestas xenofobia y radicales a problemas como la migración y la crisis económica.

La esperada victoria de Merz ocurre en un momento en que Donald Trump ha expresado su simpatía por el resultado electoral alemán mientras Elon Musk guarda intervención y respaldo por una fuerza creciente, que promete convertirse en la primera. Es decir, que debido a que en Alemania se vive un duelo de distintas derechas, una más fascista y radical que la que ha triunfado, nuestro país podría encontrar algo de descanso puesto que en junio próximo se celebrará la cumbre de la OTAN en La Haya, Países Bajos y Trump tendrá que lidiar con la tendencia a deslindarse de Estados Unidos y apostar a la autonomía en seguridad. Si Alemania y Europa buscan mayor independencia estratégica, podrían surgir nuevas alianzas, redefiniendo el equilibrio global… aunque es un hecho que la tierra fértil para nuevos fascismos esta dada.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *