Problemas serios en la aviación norteamericana

Podríamos empezar esta columna con una gran frase “Houston, tenemos un problema”, y vaya que lo es, porque hay que dejar claros varios puntos, una cosa es que la aviación sea el medio de transporte de pasajeros más seguro y otra muy distinta, cometer errores garrafales que comprometan la seguridad de la industria y vamos a ello.

Ríos de tinta corrieron en los medios de comunicación mexicanos cuando la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos de Norteamérica (FAA, por sus siglas en inglés), degradó a México a Categoría 2.

Por supuesto muchas columnas se escribieron señalando que todo era culpa de la llegada del gobierno de la 4T, utilizando este hecho como un elemento más para golpetear políticamente al nuevo gobierno sin entrar para nada en el meollo del asunto.

En esta época de análisis rápidos y sin trasfondo, la información es utilizada para vendettas políticas y no para dar a conocer que es lo que pasa en realidad con la industria aeronáutica.

Ahora que en los hechos está quedando en evidencia lo que en muchas columnas pasadas señalé, “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”, porque al final esto que hoy sucede en los cielos norteamericanos es la incapacidad de observar sus propias fallas.

Y eso es lo que precisamente está ocurriendo en el país vecino, no es que todo sea culpa de Trump, hay que irnos más atrás y no, tampoco es por la ley de inclusión, eso es una excusa muy baja que ha utilizado el actual mandatario para lavarse las manos de sus pésimas decisiones, las actuales y las del pasado.

Porque esto no es nada nuevo, y eso hay que dejarlo muy en claro, la pandemia lamentablemente sirvió para achacarle todos los males, es cierto que fue uno de los factores que han coadyuvado a llevar a la aviación norteamericana donde está, pero esto no es solamente responsabilidad de ella.

Así que vayamos al principio, todo comienza durante la primera gestión de Donald Trump, ferviente creyente del capitalismo más rapaz, permitió que la fabricante de aviones Boeing se “auto-certificara” con el modelo de avión B737MAX, dejando a un lado la supervisión por parte de la FAA.

Quiero que les quede claro es que es así como funciona el capitalismo, dejamos al estado fuera y permitimos que los mercados se autoregulen, el resultado, dos accidentes fatales de aviación.

A eso hay que sumarle los recortes que se hicieron con los controladores aéreos, la pregunta que sigue es, en los Estados Unidos de Norteamérica, ¿quién regula los aeropuertos? ¿saben cuál es la respuesta? Los administra la propia FAA y la Administración de Seguridad del Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), esto es el Estado.

No, no son particulares como sucede en otros países, o un hibrido como sucede en México que algunos son administrados por grupos privados y otros por el gobierno federal, en el vecino país del norte tienen control absoluto el gobierno de sus terminales aéreas.

Ahora, en cuanto al álgido tema de los controladores aéreos, también son parte del Estado, pues la FAA se encarga de administrar, así que sí las quejas de la obsolescencia de los equipos con los que tienen que trabajar, ha sido responsabilidad de los gobiernos norteamericanos y es que durante la gestión de Trump es cuando empezaron a darse a conocer estas deficiencias.

Lo más reciente es el recorte a 400 trabajadores de la FAA por Sean Duffy, ex integrante de realities shows y ahora convertido en el Secretario del Transporte ¿entenderá este personaje cuál es el papel que debe desempeñar la FAA?

Nada más para que se den una idea, en los Estados Unidos hay un déficit de más de 3, 500 controladores aéreos, ahora estos trabajadores que despidieron, el sindicato Professional Aviation Safety Specialists (PASS) indicó a varios medios de comunicación que entre estos empleos se encontraban asistentes de seguridad aérea, especialistas en información aeronáutica, mecánicos de mantenimientos, asistentes de gestión y programas.

No estamos hablando que corrieron al que barre o pone el café en la oficina por las mañanas, estamos hablando que el propio gobierno en su infinita ignorancia está poniendo en riesgo la seguridad aérea de su país.

De verdad, por mucho menos a México que le degradó a Categoría 2 y con esto queda cada vez más clara mi teoría que en efecto, no vamos a lavarle la cara a nadie ni a eximirlos de su responsabilidad, la ahora Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) también tiene lo suyo y no es precisamente una gestión correcta, todavía andan dando tumbos.

Pero dejando los errores de nuestros connacionales a un lado, la degradación de México a Categoría 2 durante la pandemia le sirvió al gobierno norteamericano para poder levantar cabeza y evitar que la crisis por la que estaba pasando su país fuera menor.

De eso a mí no me queda la menor duda, y mucho menos cuando vemos el comportamiento actual del gobierno de Trump quienes están vulnerando su propio espacio aéreo.

Todo este interesante coctel hay que añadirle un ingrediente más, porque aunque ustedes no lo crean, hay más en el panorama, resulta que Trump ha hecho un mega berrinche porque no le han dado su avioncito nuevo como mandatario norteamericano (en realidad sus aviones).

Las tensiones entre Robert “Kelly” Otberg el CEO de Boeing con Trump y Musk quienes buscan acelerar la producción de la fabricante de aviones, es más que evidente, porque sí la fabricación de cohetes al espacio según Musk es rápida, ¿por qué no sucede lo mismo con la fabricación de las aeronaves?

Eso no es todo, Trump incluso quiere modificar la cromática de los aviones y a pesar de que los ingenieros le han advertido que no es recomendable el uso de azul obscuro en el fuselaje porque podría causar problemas térmicos, eso al presidente parece no importarle.

Pero vayamos al meollo del asunto, la caída en picada de la que no ha podido levantarse del todo Boeing se debió a que comenzó a relajar sus procesos de calidad y control de seguridad aérea, ¿saben cuál es la propuesta brillante de Elon Musk para acelerar la producción de Boeing? Exacto, relajar las medidas de seguridad.

El avión estaba programado para ser entregado este año, (el pedido se hizo en 2018), y podría ser que se tenga entre 2027 o 2028, según la información proporcionada por las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, porque el Air Force One no es solo un avión, es un centro de operaciones y debe contar con misiles, y muchas monadas más que les encantan a los bélicos estadounidenses.

Seguiremos atentos a lo que sucede en el vecino país y ojalá que la intervención de Musk no sea la gota que derrame el vaso para el final de Boeing.

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