Otra bravuconada que no es bravuconada. Estados Unidos se apropiará de Gaza
“¿Qué tal si le bajas a los esteroides, grandullón? Acabarás sin pelotas.”
El infierno del crimen
A ver, a ver. Hay de valentonadas a valentonadas. Algunas ni siquiera se pueden clasificar como jactancias sino que son iniciativas gubernamentales que van muy en serio. Dentro de esa categoría cae el que, sin decir agua va, aprovechando se encontraban reunidos en la Casa Blanca, Donald Trump anunció que Estados Unidos tomaría el control de la franja de Gaza, mientras que Benjamín Netanyahu asentía con la cabeza. Este último no cabía de júbilo, obvio.
Ya lo dije en otra ocasión con respecto a Trump, igual que lo pensaba con relación a AMLO: ellos mienten con la verdad y cumplen lo que plantean.
El anaranjado presidente hace sonar muy simple el plan (amenaza) que se trae entre manos. Lo describe así: los palestinos no tienen más alternativa que irse de Gaza; si permanecen en esa región morirán más pronto que tarde. Con esteroides, pero algo como lo que el recién estrenado mandatario estadounidense anunció para con los migrantes ilegales mexicanos y centroamericanos que residen en Estados Unidos. Los palestinos “se tienen que ir a Egipto y a Jordania”. Punto final.
Sobra decir que esta propuesta muy probablemente no les causa gracia a los países “huéspedes” en comento. Se entiende, ni son sus connacionales los que será deportados a sus territorios, pero al mismo tiempo tendrán que ceder parte de su nación para que se conforme otra nueva. Pero nadie les está preguntando. Esa es la cuestión.
No queda ahí. Va más lejos. Su propuesta no es ceder Gaza a Israel. No que va. Ya se sabe sus intenciones expansionistas. Desde el citar al presidente William McKinley, el presionar a Panamá de que saquen a China del Canal (ya lo logró), su broma de que Canadá será el 51º estado de la Unión Americana, el soltar que quiere Groenlandia y ahora asegura que Estados Unidos se hará cargo de Gaza, “vamos a desarrollarla y crear miles de puestos de trabajo”. Eso sí, sin los palestinos —ni siquiera como mano de obra barata—; a ellos los quiere fuera.
¿Saben qué es lo más sorprendente? Que bien podría salirse con la suya. Orange is the New Black. O, dicho de otra forma, Mr. Trump anda desatado. Un nuevo (des)orden mundial. Parecería chiste, si no fuera que es muy, muy en serio.
Por supuesto, Trump ya se había ufanado de que el cese al fuego en dicha región, logrado el último fin de semana que Joe Biden estuvo en el poder, había sido gracias a él: “la administración Biden casi no hizo nada”. Pero mismo entonces dijo que no creía que dicho cese al fuego durara mucho tiempo.
Por eso hoy propone: “yo sí veo una posición de largo plazo donde Gaza sea nuestra, y veo que esto traerá una gran estabilidad a esta parte del Medio Oriente, y puede ser que a todo el Medio Oriente”.
Será interesante saber cuál es la opinión en la materia de los países… ¡del Medio Oriente! Que les parecería tener un apéndice de Estados Unidos ahí a tiro de piedra y de forma permanente.
¿Usará a los militares estadounidenses? ¡Por supuesto! “Haremos lo necesario, para tomarla y desarrollarla”.
Lo que suceda en el Medio Oriente, no se queda en el Medio Oriente (¡pues ni que fueran Las Vegas!). Sabemos de sobra que cualquier desequilibrio, interferencia, pugna, guerra afectan a muchos países y también el suministro de combustibles, minerales y productos varios para otros tantos. Y eso que no ahondo en los poderíos militares de cada uno de ellos. Los botoncitos de las armas atómicas apuntando hacia allá y de allá para acullá.
Jordania y Egipto, países a quienes Trump sugiere mandar a los palestinos, tienen una alta dependencia militar con los Estados Unidos. Y si bien han tratado por todos los medios de no recibir refugiados, con la nueva propuesta de Trump dichas naciones deberán pensar muy bien lo que pueden ofrecerle a EU. Máxime cuando aun antes de la reunión entre Trump y Netanyahu, Egipto y Turquía emitieron un comunicado en conjunto solicitando el que no les mandaran refugiados. Arabia Saudita, hasta ahora aliado de Estados Unidos, y quien mantiene altibajos en su relación con Israel, también se verá afectado de lo que suceda en Gaza.
Lo cierto es que las tácticas de Trump son de golpeteo, desestabilizar a los oponentes (amigos o enemigos) y obtener las mejores ventajas. Ya lo vimos con México, Canadá, Panamá y ahora lo hace en Gaza.
¿Netanyahu? Por lo visto le sirvió al presidente americano de pretexto, pues no sugiere que Gaza vaya a ser anexada a Israel (como lo busca desde hace tiempo), el premier israelita solo pudo decir que la propuesta de Trump es “innovadora y rompe la parálisis del último cuarto de siglo”. En pocas palabras, Trump usó a su amigo Benjamín independientemente de que a Israel le convenga más tener de vecino a Estados Unidos que a Palestina.
La historia no siempre se repite, pero en ocasiones tiene muchas semejanzas a través de los años. La propuesta expansionista de Trump no será recibida con aplausos por muchos vecinos de Palestina y no, no es por solidaridad con los palestinos o por un odio innegable (y muchas veces visceral) contra Israel.
Más allá de eso, una vez que a un expansionista se le permita cumplir con sus caprichos, no se saciará con nada.
Dinamarca pensando en Groenlandia, Panamá pensando en el Canal y el resto del mundo pensando en que Trump no se parará ante nada.
Palestina está furiosa, medio pueblo americano está furioso y la otra mitad feliz. ¿Apanicados ? Deberíamos estarlo todos. Las otras grandes potencias del orbe no se quedarán sonriendo ante la idea de que Estados Unidos tome Gaza.