Claudia – Trump: Clásico de clásicos o Super Bowl en el último minuto que tiene 60 segundos
Supongo que Claudia Sheinbaum, a pesar de haber sido deportista, no sigue ni en estadios ni en TV los grandes espectáculos deportivos. Pero ella no vive en otro mundo, así que seguramente se entera de lo que pasa en los ambientes futboleros, tanto de México como de otros países, en especial Estados Unidos.
Leí o tal vez me dijeron que el padre de la presidenta de México, Carlos Sheinbaum, sí seguía el futbol y tenía un equipo favorito, el Atlas. Por lo tanto, es dable pensar que Claudia ve con simpatía a los famosos zorros —rojinegros, margaritas… o más pomposamente, académicos— de Guadalajara. Desde luego, por su formación universitaria y su trabajo de tantos años como docente e investigadora en la UNAM, ella sin duda prefiere a los Pumas.
Por notas de prensa me he enterado que Donald Trump es hincha de los New England Patriots de la NFL, la liga profesional de futbol estadounidense que la próxima semana tendrá su juego de campeonato, el Super Bowl que disputarán Kansas City Chiefs y Philadelphia Eagles. Espero que gane el equipo del novio de Taylor Swift; esta cantante tan exitosa y emprendedora lo merece.
El enfrentamiento, que no guerra, entre Donald Trump y Claudia Sheinbaum por los temibles aranceles llegará mañana a su fin.
Si fuera futbol estaríamos ante el Clásico de Clásicos; desde luego, en Estados Unidos sería algo así como el Super Bowl. Tal confrontación, apasionada y dura, pero al mismo tiempo pacífica y amistosa, hasta hoy viernes 31 de enero de 2025 ha sido puramente dialéctica. Mañana sábado, primero de febrero, podría pasar a otra etapa, evidentemente más complicada para dos naciones vecinas que se necesitan y cuyos pueblos desean seguir colaborando, como ha ocurrido durante mucho tiempo.
Hay amenazas serias. Podría haber mañana aranceles que dañarían a México, y por supuesto que también a Estados Unidos, pero creo que no es el momento para que enfaticemos lo que en aquella nación ocurriría con tales derechos de aduana aplicados a las importaciones. Marcelo Ebrard se equivoca al insistir en que los gringos van a perder tanto o más que nosotros: la arrogancia que caracteriza a este político que se siente la última cerveza del Super Bowl apantalla en la radio y la prensa mexicana, pero en el vecino país se ve bastante mal.
Hay negociaciones para evitar los aranceles, como ha dicho la presidenta Claudia Sheinbaum. No van del todo mal; lo confirma The Wall Street Journal, citado este viernes por Julio Hernández en La Jornada: ”Los asesores de Trump buscan un acuerdo de último momento para reducir los aranceles entre Canadá y México“. Esa información de la prensa de Estados Unidos, a diferencia de mucho de lo que se publica en México, no es catastrofista:
“En medio de las negociaciones en curso con Canadá y México, la administración parece indecisa sobre si imponer aranceles a todas las importaciones de esos países, dijeron las personas familiarizadas con el asunto, agregando que los funcionarios de la administración se están preparando para optar por medidas más específicas. Es probable que Trump anuncie algún tipo de medida comercial el sábado, pero podría afectar sólo a ciertos sectores, como el acero y el aluminio (…) con un periodo de gracia antes de implementarlos, lo que permitiría continuar las negociaciones con los vecinos continentales”.
The WALL STREET JOURNAL
Pienso que, sin marginar a su equipo negociador, la presidenta Claudia Sheinbaum debería tomar la iniciativa sin consultarla con nadie para hacer posible el acuerdo de último momento del que habla The Wall Street Journal —en el futbol sería el gol en el último minuto, que como dicen los locutores en la tele, también tiene sesenta segundos; algo que, por cierto, ocurre con bastante frecuencia en los juegos del Super Bowl—.
Sugiero, respetuosamente desde luego, que hoy viernes 31 de enero de 2025 Claudia Tome el teléfono y llame a Trump. Sabemos lo que ocurriría después de tal llamada: el presidente de Estados Unidos diría que ya quedó todo a su favor, que la presidenta mexicana se comprometió a cualquier cosa que se le ocurra comentar y que, por lo tanto, los aranceles se posponen para el futuro. Sheinbaum, por su parte, con educación aclararía que sí hay compromisos, pero no tan desorbitados como los imaginados por Trump, y asunto arreglado.
Donald Trump necesita un empujoncito para presentar la no aplicación de aranceles como un triunfo político. Él sabe que Claudia Sheinbaum está a favor del diálogo. Lo afirmó en una videoconferencia ante el público de personas muy ricas reunidas en Davos, Suiza. Le urge al estadounidense que la mexicana de nuevo se lo exprese suavemente al teléfono.
Así veo las cosas. Si estoy equivocado, nada se perderá si se intenta la llamada a Washington. Sería un golazo de último minuto. Como el del 26 de mayo de 1999 el Camp Nou de Barcelona. Se enfrentaban en la final de la Champions League el Manchester United y el Bayern de Múnich. Al final del partido los alemanes ganaban 1 – 0, pero en el tiempo de compensación el United metió dos goles: Sheringham en el minuto 91, y Solskjaer, en el minuto 93.
Claudia no necesita dos anotaciones y ni siquiera ganar el juego; con un gol basta para el empate: normalmente en los enfrentamientos entre dos países ambos se benefician si empatan.