El futuro de la justicia en México se decide en tómbolas

La reforma al Poder Judicial es desastrosa por donde se le mire. No se trata nada más de una captura política de los jueces, magistrados y ministros por parte del régimen, sino que ahora las tómbolas, llamadas elegantemente procesos de “insaculación” se han convertido en los medios preferidos del régimen para sus procedimientos jurídicos.

Algunos propagandistas arguyen que la insaculación está prevista en el marco jurídico vigente. Muy poco importa en realidad. Se trata, a todas luces, de un vulgar método para elegir quiénes integrarán las listas de “candidatos” que serán enviadas al INE para ser “electos”’por el pueblo de México.

Personajes oscuros de la vida pública mexicana que pretenden ganarse espacios dentro del nuevo Poder Judicial han recurrido a sus espacios en los medios de comunicación para defender una reforma que no es otra cosa más que un paso decisivo e inequívoco hacia el completo desmantelamiento de las instituciones del Estado.

El vergonzoso espectáculo inició meses atrás, cuando el senador Gerardo Fernández Noroña presidió aquella sesión en la que se decidió mediante tómbola los nombres de jueces que deberían dejar su cargo en 2025. Sí, sin el menor miramiento hacia las carreras y trayectoria de esos hombres y mujeres, un puñado de legisladores cogieron de una urna “esferas” con los nombres.

El teatro continuará dentro de unos días. Tras la reyerta jurídica entre la Suprema Corte y el Tribunal Electoral, este último, cuya independencia ha quedado en entredicho tras alinearse a los intereses del oficialismo, ha ordenado que los candidatos del Poder Judicial sean enviados al Senado para una nueva insaculación.

Como resultado, México verá de nueva cuenta al senador Noroña y a la pléyade de ilustres legisladores morenistas sacar “bolitas de cristal” con los nombres de los postulantes que serán enviados a la autoridad electoral para integrar las papeletas de votación.

Es una pena que el Poder Judicial, pilar de la estructura del Estado constitucional mexicano, haya sucumbido a los embates autoritarios del régimen populista que gobierna el país. Y es una vergüenza mayor que se tenga que presenciar una vulgar tómbola como medio para la selección de los perfiles más “calificados”. Así las cosas en la autoproclamada 4T.

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