Latinobarómetro 2024: percepciones sobre la democracia
El Latinobarómetro, encargado de realizar sondeos de opinión en América Latina, publicó hace un par de días sus más recientes resultados. A la luz de ellos, el 50 por ciento de los mexicanos se siente satisfecho con la democracia, mostrando así un franco aumento en relación con los años anteriores.
En lo que respecta a otros países de la región, de acuerdo con el sondeo, el 62 por ciento de los salvadoreños se dicen satisfechos con la democracia bajo el gobierno de Nayib Bukele.
La democracia es un concepto complejo. En su acepción clásica y reduccionista, se refiere al gobierno del pueblo o de las mayorías. En otras palabras, mientras se cumpla la voluntad de ellas, y mientras las políticas de Estado estén dirigidas a satisfacer sus intereses y prioridades, se puede concluir que existe un régimen democrático.
Sin embargo, según los conceptos más modernos de la democracia liberal, ésta no debe ser reducida al gobierno de las mayorías, sino que se extiende a otros rasgos como el respeto de la ley, de las minorías, a la existencia de un orden constitucional, a la libertad de prensa, a la división e independencia de los poderes, a la representatividad legítima de la población en el Congreso, y en suma, a la convivencia armónica en el marco de una sociedad regida por el Estado de Derecho.
Resulta paradójico, y si se quiere, contradictorio, que a pesar de las reformas constitucionales conducentes a la erosión de la democracia mexicana implementadas por el obradorismo, un creciente porcentaje de los mexicanos se sientan satisfechos.
¿Deriva quizás de una concepción distinta del término “democracia” o tal vez de un desconocimiento o desinterés sobre lo que sucede en país?
Algunos analistas apuntarían hacia el éxito de una estrategia discursiva por parte del régimen obradorista dirigida a pintar a la democracia como el gobierno de las mayorías dejando de lado los otros componentes de la democracia liberal. Suscribo su idea.
Otros señalarían que la mera existencia de programas sociales es un elemento inequívoco de una democracia robusta, pues el gobierno – dirían ellos – trabaja a favor del bienestar de la mayoría, sea cual fuere el método de gobernanza, y en ausencia o presencia de un orden constitucional y una división de poderes.
En todo caso, los resultados arrojados por el Latinobarómetro apuntan hacia una contradicción de conceptos. Mientras unos señalan un proceso de desmantelamiento de la democracia en países como México o El Salvador, la mayoría de la población parece gozar de lo que ellos mismos han definido bajo ese concepto.