¿Qué cartas tenemos para negociar con Trump?
Donald Trump cumplió con el libreto que él mismo había diseñado para su toma de posesión como Presidente número 47 de los Estados Unidos.
Los problemas, largamente anticipados para México desde que se conoció el triunfo del magnate, ya son una realidad para nuestro país y su gobierno.
¿Qué tenemos para negociar que México no sea más el tercer país de acogida para los migrantes, que no se establezcan los aranceles del 25% a partir del primer día de febrero, que no se impongan impuestos a la remesas y que no haya siquiera un amago de intervención militar en contra de los cárteles del narcotráfico?
¿Qué trae el Gobierno mexicano en la bolsa para evitar las crisis económica, social, de seguridad y probablemente política que se desatarán conforme se vayan cumpliendo las órdenes ejecutivas de Trump?
En su anterior administración, Trump presionó al gobierno de López Obrador con la amenaza de aranceles a los productos mexicanos.
A cambio de no imponerlos, el gobierno del tabasqueño se comprometió a enviar un ejército, literalmente, a la frontera entre México y Guatemala para frenar las caravanas de inmigrantes que cruzaban el territorio nacional como Juan por su casa.
México también dispuso de varios miles de militares y guardias nacionales en la frontera norte para evitar que los migrantes cruzaran el Río Bravo.
Trump presumió una y otra vez el hecho de que López Obrador haya aceptado enviar un ejército de 28,000 elementos para cuidar su frontera, porque la nuestra siempre ha estado descuidada.
Hoy las ambiciones del mandatario estadounidense van mucho más allá de sólo frenar la migración ilegal hacia su país.
Hay en sus decisiones objetivos claramente políticos-judiciales y económicos, desde luego, que ponen al Gobierno mexicano entre la espada y la pared.
No se pudo evitar que declarara como terroristas a los cárteles del narcotráfico, a pesar de los esfuerzos diplomáticos y las capturas de líderes criminales que, si bien no son las cabezas de esos grupos, sí tienen un peso específico en su operación.
Por años, México evitó que esta declaración ocurriera, sabiendo que, de acuerdo a las leyes de Estados Unidos, los grupos terroristas tienen un trato muy diferente el cual incluye la posibilidad de operaciones militares extraterritoriales.
¿Qué puede ofrecer el Gobierno mexicano para mitigar esa posibilidad? ¿Las cabezas de algunos políticos de medio pelo relacionados con la delincuencia organizada? ¿La captura de los Chapitos, del Mayito Flaco, del Mencho o de cualquier otro criminal de ese nivel?
¿Y qué argumentos podría esgrimir el Gobierno mexicano para evitar que los migrantes indocumentados, de cualquier nacionalidad, terminen engordando a los cárteles en las fronteras si se aplica el “Quédate en México’’ nuevamente?
Dos mil pesos de ayuda, como prometió el Gobierno mexicano que se entregarán a cada migrante deportado, no le servirán ni para un día.
La presidenta Claudia Sheinbaum podrá recurrir a sus frases nacionalistas, al Himno Nacional, al llamado a “la unidad nacional’’ -que atacan cada día-, pero en este momento ese discurso está hueco, falto de sustancia.
¿Qué tenemos realmente para negociar con el ogro?
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A propósito de lo anterior, el presidente del PRI, Alejandro Moreno, envió una felicitación a Trump por su investidura y se pronunció por el fortalecimiento de la relación entre los tres países de Norteamérica.
“Esperamos que el Gobierno de México esté a la altura de los retos que emprenderá la región para poder responder con estrategia e inteligencia, con carácter y determinación, para resolver los temas económicos, de seguridad, migración y comercial, y salir fortalecidos como país y como región’’.
@adriantrejo