No dieron una los agoreros del desastre
Podríamos llamarle “el humillante ocaso de los chayoteros”, utilizando lenguaje de los dosmiles. La realidad es que los denominados agoreros del desastre fallaron, una vez más, en sus agrios pronósticos contra el gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Ni colapsó la economía, ni la presidenta se distanció de Andrés Manuel López Obrador, ni se trata de un “Maximato” en donde los hilos conductores se mueven desde la finca rústica “La Chingada”. La presidenta tiene ideas propias y su estrategia para alcanzar una posición estratégica de soberanía y seguridad es la rápida industrialización del país y -ay, horror de los fallidos paleros del neoliberalismo- un modelo económico mixto acompañado de sustitución de importaciones.
Una doble daga en el corazón negro y vampírico de la ortodoxia (neo)liberal, esa que tiene en franco declive a los Estados Unidos, y desindustrializados y al borde del colapso a varios países de la Unión Europea.
En fin. Cuando hasta añejas voces del conservadurismo admiten que la presidenta Sheinbaum no tiene ninguna necesidad de “deslindarse” de AMLO y que la derecha no tiene liderazgos, ni proyecto, ni argumentos más allá del eterno “no”, es señal de que quienes jugaban a ser Casandra con sus alaridos catastróficos, se terminaron convirtiendo en bufones sin gracia. Lo dicho.