La transparencia como principio rector del Estado

La reciente orden del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) para que la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y el Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares (GAFSACOMM) publiquen los contratos de arrendamiento de aviones de Mexicana de Aviación marca un precedente crucial en la lucha por la rendición de cuentas en México. Este acto no solo fortalece la democracia, sino que pone de manifiesto la importancia de garantizar el acceso a la información pública, particularmente en temas vinculados al manejo de recursos del Estado.

La decisión del INAI cobra relevancia en un contexto donde la transparencia enfrenta múltiples retos. La justificación inicial de GAFSACOMM para ocultar los contratos —basada en un litigio en Estados Unidos por incumplimientos contractuales— fue contundentemente desechada por el INAI, ya que los acuerdos fueron firmados antes del inicio del proceso legal y no forman parte de este. Este argumento jurídico muestra la clara delimitación entre los derechos de acceso a la información y la reserva indebida.

En un sistema democrático, la transparencia no es opcional; es un principio que garantiza el buen uso de los recursos públicos y fomenta la confianza ciudadana en las instituciones. En este caso, los contratos de Mexicana de Aviación no solo involucran una aerolínea histórica, sino también los fondos estatales destinados a su operación y administración. La falta de claridad en estos procesos podría abrir la puerta a sospechas de mal manejo o corrupción.

La SEDENA, como institución responsable de Mexicana de Aviación, debe responder al llamado de transparencia con prontitud. Este caso trasciende los contratos de arrendamiento y se convierte en un debate sobre los límites del secreto gubernamental. La resistencia a entregar información pública solo genera desconfianza y alimenta las narrativas de opacidad.

Por otro lado, la actuación del INAI refuerza su papel como un organismo autónomo indispensable en la vida pública. A pesar de las tensiones políticas y las recientes críticas hacia su función, el instituto ha demostrado que su labor es fundamental para equilibrar el poder entre el gobierno y los ciudadanos. Su resolución es una victoria no solo para los principios democráticos, sino también para el fortalecimiento del Estado de derecho.

Es necesario que las empresas involucradas en estos contratos, como Petrus Aero Holdings, también adopten un papel proactivo en la rendición de cuentas. Aunque son entidades privadas, al estar ligadas al uso de recursos públicos, deben alinearse con los estándares de transparencia que exige la sociedad. La opacidad empresarial no puede convertirse en un escudo para ocultar información de interés público.

En última instancia, la publicación de los contratos de arrendamiento no solo resolverá dudas, sino que marcará un precedente para futuros casos similares. La ciudadanía tiene derecho a conocer cómo se gestionan los recursos del país y qué decisiones se toman en su nombre. Esto no solo fortalece la confianza en las instituciones, sino que impulsa una cultura de transparencia que beneficia a todos.

La transparencia no debe ser vista como una amenaza, sino como una oportunidad para mejorar la relación entre gobierno, empresas y ciudadanos. En un México que aspira a consolidar su democracia, garantizar el acceso a la información es más que una obligación legal; es un imperativo ético y social.

X: @pipemx

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