Nado sincronizado con el caso Mexicana
Me quedé corta, ayer hablé de una campaña negra en contra de la nueva aerolínea del Estado, pero hoy amanece como algo gigante, y con denuestos y críticas de dimensiones apoteósicas. Y tengo que decirlo con todas sus letras: ojalá los medios y opinadores así se hubiesen volcado en agosto de 2010, cuando en el pleno gobierno de Felipe Calderón, una empresa hecha al vapor, a una semana de su conformación, adquirió por $1,000 pesos las acciones de Nuevo Grupo Aeronáutico (al que pertenecía la aerolínea Mexicana de Aviación). ¿Por qué todas estas voces que hoy se rasgan las vestiduras no pusieron el grito en el cielo en esa ocasión?
Y me consta que no lo hicieron; sé -por experiencia propia- que lo primero que hicieron los medios tradicionales fue culparnos a los trabajadores del quebranto de la línea aérea. Y hoy esos mismos personajes son los que orquestan una durísima campaña contra la nueva Mexicana de Aviación.
Y tenemos que partir de un sofisma que les encanta: “si no hay dinero para medicinas, ¿para qué tirarlo en una línea aérea?”. Y esa es justamente la idea que quieren que permee en la gente, que el dinero de los impuestos se “dilapida” de una manera espantosa en un proyecto “inviable”.
Esta campaña de desprestigio invierte tiempo, dinero y esfuerzo en hacer pasar la falsa premisa como si fuera un razonamiento; pero tal deducción es por demás “básica”, ya que parte de una mentira disfrazada de verdad, cuya única constante es que se repite miles de veces.
Con base en mi experiencia en la redacción de “síntesis informativas” y “monitoreo de medios”, hoy me di a la tarea de contar las notas positivas, las negativas, además de notas neutrales que se publicaron en torno al tema de la nueva aerolínea del gobierno. Encontré que en tan solo 24 horas, se publicaron 150 notas al respecto, las cuales podemos dividir en neutras, negativas y positivas, y así quedó el monitoreo:
Positivas: 3 notas
Negativas: 123 notas
Neutras: 24 notas
Lo adelanté en las diversas entrevistas que di sobre el tema, hay un grupo político muy interesado en que el tema de Mexicana se vea enlodado, y esos son los panistas, quienes carecen de la capacidad cognitiva mínima como para buscar información en internet.
De manera francamente ridícula, este grupo parlamentario que -hay que decirlo fuerte y claro- jamás ayudó a los trabajadores de la antigua Mexicana, hoy está solicitando “información” sobre la nueva línea aérea gubernamental.
Por si no lo saben los legisladores albiazules, aprovecho para avisarles que la información que con gran ahínco solicitan, la pueden encontrar en la página de Mexicana de Aviación; es más, les dejo el link por aquello de que no sean duchos buscando dentro de la misma: https://transparencia.mexicana.gob.mx/
Sólo deben entrar a la página oficial de la aerolínea, bajan hasta el final de la misma, y ahí encontrarán un rubro que se llama “Transparencia”; le pican y ahí están todos los documentos:
Estado de Actividades
Estado de Situación Financiera
Estado de Variación en la Hacienda Pública
Estado de Cambios en la Situación Financiera
Estado de Flujos de Efectivo
Informe sobre Pasivos Contingentes
Notas a los Estados Financieros
Estado Analítico del Activo
Estado Analítico de la Deuda y Otros Pasivos
Estado Analítico de Ingresos
Estado Analítico del Ejercicio del Presupuesto de Egresos con base en la Clasificación Administrativa
Estado Analítico del Ejercicio del Presupuesto de Egresos con base en la Clasificación Económica (por Tipo de Gasto)
Estado Analítico del Ejercicio del Presupuesto de Egresos con base en la Clasificación Funcional
Endeudamiento Neto
Intereses de la Deuda
Gasto por Categoría Programática
Indicadores de Resultados
Programas y Proyectos de Inversión
Inventario de Bienes Muebles e Inmuebles
Todo esa información es pública, y cualquier persona la puede consultar. Dicho lo anterior, hablemos de la narrativa de las “pérdidas”, y de este ejemplo innegable de nado sincronizado de notas negativas. Dicen que, en un año, la línea aérea ha perdido 932 millones de pesos.
Tomando el tipo de cambio de $20 pesos por dólar, y solo para una mejor comprensión de los datos, estamos hablando de aproximadamente 46 millones de dólares. Y en el mismo orden de ideas, el gasto total del proyecto fue aproximadamente 930 millones de dólares (19 mil millones de pesos).
Las voces críticas manejan cifras con escándalo y las tildan de “derroche y malversación del dinero público”. Y lo digo francamente, que cualquiera que no tenga la más mínima idea, les compre ese cuento completo. Y ya que a los panistas les encantan las cuentas, pues vamos a ello.
Y es que no debemos olvidar que tanto Aeroméxico como Mexicana de Aviación fueron “rescatadas” de las manos de los particulares que las llevaron a la quiebra, y ese quebranto rebasó -nada más y nada menos- la cantidad de 4 mil 200 millones de dólares; ¿de dónde sale esa cifra?
Gracias a la gran hemeroteca que es internet, podemos consultar una nota de La Jornada de fecha 30 de enero del 2003, que señala lo siguiente: “las dos principales aerolíneas mexicanas, agrupadas actualmente en la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (Cintra), han provocado a los contribuyentes mexicanos pérdidas en las pasadas tres décadas por 4 mil 200 millones de dólares, cantidad 27 veces superior al monto de los recursos que el gobierno federal obtuvo durante el gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari por la privatización de Aeroméxico y Mexicana de Aviación.”
Esto es., en los hechos cayó por tierra el discurso de que era mejor vender las aerolíneas a particulares; esta medida causó una merma al erario, pues una vez que los particulares terminaron quebrando ambas aerolíneas, el gobierno tuvo que entrar al rescate de ellas durante la administración de Ernesto Zedillo. Y no es un secreto para nadie: esto le generó a la población una deuda que al día de hoy, señoras y señores, seguimos pagando.
No contentos con la experiencia privatizadora de Carlos Salinas de Gortari, y ya con la llegada de la docena trágica panista, encabezada por el gobierno del “cambio” de Vicente Fox, se tomó la determinación de volver a privatizar tanto a Mexicana como a Aeroméxico.
En 2004 se hizo el avaluó para ponerlas a la venta, y cada una de las aerolíneas (por separado) costaba más de mil millones de dólares. Si Pitágoras no miente, el gobierno de Vicente Fox debería de haber recibido por la venta de Mexicana de Aviación mil millones de dólares, y el gobierno de Felipe Calderón que vendió Aeroméxico debió haber cobrado otros mil millones de dólares por ella.
Pero no fue así, el dinero que de acuerdo a los avalúos realizados debió entrar a las arcas públicas, se quedó en un “bonito deseo”. Aunque oficialmente Mexicana de Aviación se vendió en el 16.5% de su precio de avalúo (165 millones de dólares), la verdad es que solo fueron 10 millones de dólares (el 1%) lo que Gastón Azcárraga Andrade pagó por la línea aérea más antigua del país.
Y en el caso de Aeroméxico, la aerolínea se vendió por 249.1 millones de dólares. Hagamos cuentas, por la venta de las dos aerolíneas, el gobierno debió recibir 2 mil millones de dólares, y terminó cobrando tan solo 259.1 millones de dólares. La merma para el Estado fue de 1,741 millones de dólares, que jamás entraron a las arcas del gobierno. Una cantidad desorbitada, si la convertimos a pesos mexicanos. (30,467.5 millones).
Posteriormente, una semana antes de la bajada de vuelo de Mexicana, el gobierno panista de Felipe Calderón, a través de Javier Lozano Alarcón, entonces secretario de trabajo y previsión social, y de Juan Molinar Horcasitas como secretario de comunicaciones y transportes, permitieron la venta de las acciones de Mexicana de Aviación por mil pesos.
La excusa que interpusieron dichos personajes para permitir tal aberración fue que se trataba de “un acuerdo entre particulares”, así lo dijo Javier Lozano cuando se le increpó por esta “venta” tan desaseada de la aerolínea. Cabe la pregunta, ¿a quién le vendió Gastón Azcárraga las acciones?
La respuesta es simple: a un grupo de empresarios mexicanos que al vapor, una semana antes de la transacción, conformaron a Tenedora K, encabezados por Jorge Gastelum Miranda, primo de Santiago Creel Miranda, que fue accionista de Mexicana de Aviación durante su primera privatización, con Carlos Salinas de Gortari.
Por todo esto, no me extraña en lo absoluto que los medios se vuelquen a crear toda una campaña negativa en contra de Mexicana de Aviación. Su finalidad es que la narrativa del dispendio permee en la sociedad, y que sea esta quien reclame al gobierno de Claudia Sheinbaum el cese definitivo de operaciones de la nueva línea aérea.
El “carpetazo” sería divino. Ese es el verdadero interés de todos esos personajes que hoy, desde la obscuridad anhelan el fracaso de la Aerolínea del Estado Mexicano. Así cuando se hable de “Mexicana de Aviación”, todo quede en epítetos contra la Cuarta Transformación, como “fracaso, capricho, locura, inviable, dispendio…”.
Para ellos, eso siempre será mejor que rastrear líneas de investigación, hilos pendientes de jalar, que nos lleven a datos concretos, hechos, nombres y apellidos que resultan más que incómodos. Saldrían a la luz verdaderos fraudes, desfalcos y daños al erario público, que hacen palidecer las supuestas pérdidas económicas que genera la actual Mexicana de Aviación, y que hoy, dicho sea de paso, son totalmente transparentes.
Lo dicho, la andanada de notas negativas publicadas habla por sí sola. Y eso que no me metí a monitorear las redes sociales, sólo me ocupe de los medios tradicionales y portales digitales en internet; pero el resultado sería el mismo. Como diría Juan Gabriel: “lo que se ve, no se juzga”.