Trump unió a los mexicanos

En momentos en los que parecía polarizarse la sociedad mexicana llega un hombrecillo bravucón y lengua larga a unir a todos, pero contra él. De un solo golpe soltó provocaciones que hicieron reaccionar a los mexicanos, a excepción de uno que otro miembro de la oposición que lo señaló como alguien a quien asiste la razón.

A unos cuantos días de que tome posesión, despotrica con provocaciones para ver reacciones y conocer el grado de consenso que tienen los gobiernos, sobre todo los más cercanos, Canadá y México, que son, al mismo tiempo, sus principales socios comerciales.

A Justin Trudeau ya lo forzó a declinar indignamente, primero renunció a su partido y luego a su cargo de primer ministro, con fecha próxima. Con Claudia Sheinbaum es diferente el tratamiento, llega a sus 100 días de gobierno con un apoyo del 78 por ciento de aceptación, lo cual supera a su competidor más cercano, el propio Andrés Manuel López Obrador.

Trump sabe que una vez como Presidente deberá adoptar la mesura y ante tanta estridencia deberá parecer una persona normal. Mientras tanto, deja suelta la lengua sin control ni coherencia.

Sabe que, por el momento puede ser tan audaz y temerario como quiera, de ahí que se atreva a anunciar medidas que nunca realizará sin lastimar su tranquilidad social, su economía y su respeto internacional.

Primero dijo que México está siendo gobernado por los cárteles; después que va a recoger las inversiones estadounidenses y, por último, que cambiará el nombre al Golfo de México por el Golfo de América.

Esto basta y sobra para que la solidaridad de los mexicanos, convertida esta vez en la unidad social que algunos dudaban que renaciera, se manifiesta indignada ante las amenazas de un loco que empieza a ser cada vez menos tomado en cuenta por la estridencia de sus discursos.

Cuando una causa nos afecta a todos, siempre la unidad se convierte en expresión pública, en este caso el repudio a un mandatario cuyo historial personal tiene que ver con la misoginia, el acoso sexual, la violencia hacia las mujeres, su costumbre de verlas como un objeto de concurso, etc.

Todos sabemos que unidos los mexicanos nunca podrán vencernos, así como sucedió entre los escombros de los edificios de la Ciudad de México después del sismo del 19 de septiembre de 1985, con la pandemia, con la defensa de la dignidad cuando se trata de defender la razón y la congruencia en la historia.