Trump, un peligro para Estados Unidos
Las locuras de Donald Trump le restan credibilidad a las acciones que ha dicho aplicará no solo a México, sino a otros países, si sus gobiernos no se sujetan a sus designios.
Ello no quiere decir que deje de ser un peligro real al que no se debe descuidar ni un momento, pero propuestas como anexar a Canadá a Estados Unidos y
que Dinamarca le ceda Groenlandia “por seguridad nacional’’ (¿en dónde hemos escuchado hasta el cansancio esa frase?), son simplemente locuras.
Trump será también un peligro para Estados Unidos.
Sus descabelladas propuestas suponen el interés del pelianaranjado de establecer la hegemonía estadounidense en el mundo, ya sea por la vía política (si es que eso puede llamarse hacer política) o por la vía militar.
Hay, desde luego, un numeroso grupo de estadounidenses que le aplauden y aún alientan esos disparates, sin medir las consecuencias que su propia sociedad podría sufrir si tan solo cumpliera una de sus amenazas.
Por ejemplo, en el tema migratorio, está más que analizado que es imposible que se hagan deportaciones masivas, no solo por el altísimo costo que tendría que pagar el gobierno estadounidense, sino porque buena parte de su economía se sustenta en el trabajo de los migrantes, independientemente de su estatus migratorio.
¿A cuántos piensa expulsar y cómo lo hará? ¿De qué sectores? ¿Del agrícola, del automotriz?
No es que no lo pueda hacer, para eso están sus paleros y el Congreso, cuya mayoría es republicana, pero habrá alguien en el gabinete que le jale las riendas antes de embarcarse en esa aventura.
Trump podría declarar como terroristas a los narcotraficantes, no sólo mexicanos, sino también colombianos, venezolanos, cubanos, brasileños, peruanos, ecuatorianos.
Pero, si tiene la mira fija solo en nuestro país, el tema va mucho más allá de las razones de seguridad.
Trump está emborrachado de poder, sin que asuma aún la presidencia de su país.
Con el Congreso a su favor, algo que no ocurrió en su anterior administración, prácticamente puede hacer lo que le plazca con su gobierno, pero no con sus ciudadanos.
La esperanza de los demócratas y los republicanos mesurados es que el aparato burocrático pueda contener los impulsos de Trump, convertido en un maníaco al que unos miran con asombro y otros con justificado temor.
En el fondo, Trump sí es un peligro para Estados Unidos.
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Ayer le comentamos en este espacio cómo estaba la situación en Oaxaca en materia de seguridad.
Y si el escenario le pareció oscuro, en el sector salud estatal las cosas están para llorar, o para morirse.
Ayer circuló en redes un oficio firmado por Roxana Ríos Sánchez, encargada de la dirección del Hospital General “Dr. Arturo Valdivieso’’, ahora en manos del programa IMSS-Bienestar.
En dicho documento, la funcionaria explica que, a partir de hoy, se cancelan las cirugías programadas, incluidas las de embarazos, que ya no se recibirá a pacientes referidos de otras instituciones ni privados porque el nosocomio no cuenta con “insumos, materiales, medicamentos y servicios integrales’’.
Ríos Sánchez se queja de la mala situación financiera del hospital, que es responsabilidad del IMSS-Bienestar y de la Secretaría de Salud estatal, quienes no han respondido a las diarias llamadas de auxilio.
Eso sí, el gobernador Salomón Jara no deja de presumir “la primavera oaxaqueña’’, que sólo existe en su mente y su discurso.
@adriantrejo