¿Alguien puede pensar en los niños?

Suena a un meme, pero la frase tiene algo de cierto. En general, los niños son un centro de políticas públicas en función de los adultos, más que de las infancias mismas.

En general los adultos recordamos el contexto y las necesidades de los niños alrededor del 30 de abril y a veces, como yo, cerca de las fechas como día de Reyes.

Por eso, a propósito de la fecha, revisé algunos de los programas pensados para las infancias, y las ideas que se tienen para atenderlos desde el gobierno están más pensadas en función de atender a una población adulta que vota en ciertas elecciones.

En el último informe sobre la convención de los derechos del niño en sus recomendaciones para México, desarrolla que es necesario mantener el sistema con el enfoque a las infancias.

La recomendación es acercar a los niños y a las niñas las herramientas para que sepan que pueden presentar una denuncia si sus derechos son violentados, una práctica que muchas de las veces, los adultos no son capaces de lograr.

El derecho a una educación y a una vida libre de violencia están como algunas de las preocupaciones principales de la convención. Y el derecho a un medio ambiente sano no está en un mejor rendimiento.

El problema también está en una sociedad que se centra en el adulto y que espera que las infancias sean una réplica de nosotros, pero en talla corta.

No necesariamente creo que la educación completamente permisiva, sin límites y consultando todas las decisiones a las infancias sin contexto pueda ser mejor idea. Pero escuchar su perspectiva y sus necesidades quizá nos da una mejor idea de a dónde deberíamos dirigirnos.

Por ejemplo, una de las peticiones principales de las infancias, es su derecho al juego, en ese sentido, la iniciativa que prohíbe el matrimonio entre adultos y niñas es un avance significativo, pero que se queda corto en tanto no se haga un trabajo directo en la comunidad que elimine y condene una práctica que está interiorizada e incluso promovida como parte de los usos y costumbres.

La pobreza y el poco valor que proporcionan a las mujeres contribuye a perpetuar la práctica.

Pero tenemos flancos desprotegidos como el uso de la inteligencia artificial en el desarrollo infantil, cómo cuidar sus datos personales y salvaguardar su desarrollo con la constante exposición a contenido para adultos.

Tenemos también que buscar un rescate de los espacios públicos para el desarrollo y disfrute de los niños y jóvenes, no solamente espacios para el turismo, la construcción inmobiliaria y el consumo por parte de los adultos.

Hace falta una perspectiva en donde los espacios para que los niños se diviertan puedan desarrollarse en una comunidad, diversa y segura.

El sistema de cuidados también tiene que verse desde una perspectiva de desarrollo y de salud mental. No desde una necesidad que deba cubrirse sólo a las mamás y papás que trabajan.

Y aquí la duda genuina: ¿cómo hacemos para darles una voz eficaz a las infancias? Suena a una tarea a desarrollarse todo el año.

 

     @Micmoya

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