La transición del 2025 es prometedora

Lo que aconteció en 2024, si hablamos de políticas públicas que se concretaron, tenemos que citar una cantidad importante de avances sustanciales que, a la postre, están repercutiendo positivamente en el desarrollo del país. Eso, en cierto modo, nos ayuda a tener una sinopsis más clara del tramo tan relevante que se ganó en distintos terrenos y, por si eso fuese poco, nos tocó presenciar, lo diré así, el cierre espectacular de una lucha democrática que encabezó Andrés Manuel López Obrador, pues en el corazón de la cuarta transformación, está el seno lopezobradorista.

Ese proyecto tiene décadas desde que se gestó. Para efectos sociopolíticos, arrancó con aquel histórico triunfo del 2018, fecha que recordaremos todos por el tsunami electoral que provocó la imagen de Andrés Manuel, pero sobre todo la esperanza de materializar un cambio y, con ello, poner fin al conservadurismo que, sobra decir, saqueó al país y decidió enriquecerse con el presupuesto de la nación. En pocas palabras, lo que aconteció, en definitiva, fue la justicia social que llegó en un momento determinante en la 4T. Estamos hablando de pluralidad, democracia, humanismo, apoyo y gobernabilidad. En ese cambio sustancial, naturalmente, podemos hablar de que se cumplieron al pie de la letra las promesas de campaña de aquel entonces. Es verdad, significó un enorme desafío, en principio, porque hubo la necesidad de desterrar el lastre de la corrupción y todas aquellas prácticas antisociales que acrecentaron con el PRIAN.

Implicó esfuerzo, entrega y dedicación, pero al final de cuentas podemos decir que Andrés Manuel cumplió la misión del proyecto de nación que, por décadas, trabajó a la par de grandes precursores del movimiento que, para fortuna de México, hoy están al frente de esta continuidad. Desde luego, me refiero a la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum. Ella, en 100 días de gobierno, ha ratificado, lo que es, la construcción del segundo piso de esta transformación que sigue caminando en aras del progreso social. He aquí la enorme diferencia entre un proyecto y otro; la izquierda, como tal, ha demostrado que la prioridad es el desarrollo, especialmente de los sectores sociales más vulnerables. A ellos, por supuesto, Sheinbaum les seguirá tendiendo la mano con la puesta en marcha de más programas sociales que, de una manera clara, es el sello principal de esta plataforma.

Y en esta construcción del segundo piso se aspira a más o, mejor dicho, Sheinbaum, con su propio estilo, está decidida a dar un giro preponderante, eso sí, dando continuidad a lo que se ratificó en las urnas y así, se está conformando en todas las áreas de oportunidad. Este 2024, por ejemplo, vimos un legislativo federal entregado a la causa del movimiento. En San Lázaro, pionero de las grandes reformas, la fracción parlamentaria de Morena, ha sabido guiar los trabajos para coronar proyectos medulares. La inmensa mayoría se consiguió con la aplanadora guinda; es decir, Morena hizo valer su condición numérica y se ocupó de temas fundamentales como la reforma al poder judicial, entre muchas otras, que son inherentes para la democratización.

Quedó pendiente, por los tiempos de término del primer tramo legislativo del 2024, el tema de la reforma al Infonavit que, como tal, traerá más beneficio social a la clase trabajadora. El mismo líder de la fracción mayoritaria ha ido explicando y desahogando la información. Para tal efecto, se prevé que a inicios de este año se apriete el acelerador y, con ello, Morena, con esos pormenores que hemos citado, saque la maquinaria para coronar otra de las prioridades de este gobierno en turno. Y ya que hablamos de fuerza numérica, como no recordar la respuesta contundente que dejó la elección del pasado dos de junio. A mi juicio, dada la forma en cómo se votó, quedará grabado para la posteridad. Vaya sacudida, le propició la coalición Seguimos Haciendo Historia al conservadurismo. La única excepción fue Aguascalientes, pero con un margen muy mínimo que ganó Xóchitl.

Todas las demás, viéndolo desde ese ángulo, fue una aplanadora. Las 32 entidades jugaron un papel crucial. Evidentemente, el sur, como tal, mostró el músculo, pero sobre todo el cariño al proyecto de transformación. En resumen, podemos citar Chiapas, dándole otro rostro de desarrollo en tiempos de Andrés Manuel López Obrador. Eso, sumado al efecto que generó Claudia Sheinbaum y Eduardo Ramírez, hizo que se concretara lo que todos sabíamos desde un principio: la continuidad de la 4T. Él, sin ir más lejos, impuso un récord de votación; cerca del 80% salió a las urnas a decidir por él. Eso, a tres semanas del arranque, ha resultado productivo; rápidamente se implementó una estrategia de seguridad que, para tal efecto, está dando resultados en aras de la pacificación.

Podríamos citar muchísimas cosas que acontecieron en 2024. Estas son algunas de ellas y, lo bueno de todo, es que faltan cinco años de la mejor versión del proyecto de transformación bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum.

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