México 2024 donde las reformas duelen, pero el optimismo nunca se reforma
El año 2024 ha sido, sin lugar a dudas, un periodo crucial para México, tanto en el ámbito económico como en el político. Este año no solo marcó el inicio de un nuevo sexenio, sino también un cambio histórico en la dirección del país con la llegada de una mujer a la presidencia por primera vez en la historia. Mientras unos celebran y otros se rasgan las vestiduras, aquí desmenuzamos cómo nos fue este año con nuestro propio estilo.
Una montaña rusa
“Estabilidad” fue la palabra mágica que nos prometieron, pero como dicen por ahí: prometer no empobrece. El Producto Interno Bruto (PIB) creció a un modesto 2.8%, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), apenas mejor que el 2.6% de 2023. Este crecimiento tuvo su “milagro” en la recuperación del sector automotriz y la manufactura para exportación, mientras la economía interna sigue tambaleante.
Por otro lado, la inflación cerró en un respetable 3.7%, gracias a la persistencia del Banco de México, que aplicó mano dura con sus tasas de interés, aunque más de un mexicano sintió que “la cura fue peor que la enfermedad”. El tipo de cambio, fiel a su papel de protagonista, osciló en los $18.50 MXN por dólar. Según el Banco Mundial, esto se logró gracias a un superávit comercial y a una Inversión Extranjera Directa (IED) que alcanzó los $40,000 millones USD, porque al parecer, todavía somos el patio trasero favorito de algunas industrias globales.
Las remesas continuaron siendo el salvavidas de muchas familias, superando los $60,000 millones USD en 2024, según el Banco de México. Mientras tanto, la deuda pública alcanzó el 49.9% del PIB, un ligero incremento respecto al año anterior, aunque “controlado” gracias a los ingresos adicionales derivados de la reforma fiscal.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas: la informalidad laboral sigue siendo el elefante en la sala, afectando al 55% de los trabajadores, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Aunque la tasa de desempleo se mantuvo en 3.2%, esto parece más un espejismo que una realidad, considerando que gran parte de los empleos son precarios o de baja remuneración.
Perspectivas económicas para 2025
¿Qué dicen los expertos? El FMI y el Banco Mundial proyectan un crecimiento de 3.1% para 2025, siempre y cuando el vecino del norte no estornude y nos contagie su resfriado económico. Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronostica que la inflación seguirá bajando a niveles del 3%, suponiendo que no haya otra guerra internacional que descontrole los precios del petróleo.
Según Standard & Poor’s, la calificación crediticia de México podría mantenerse estable si las reformas estructurales logran aumentar la productividad y la recaudación fiscal. Mientras tanto, el Banco de América advierte que el crecimiento económico podría quedar en un modesto 2.7% si no se agilizan los proyectos de infraestructura.
Desde mi perspectiva, creo que podríamos llegar al 3.5% de crecimiento si logramos que el famoso “nearshoring” nos deje algo más que discursos bonitos. Eso sí, necesitamos capacitación laboral seria, porque de poco sirve maquilar chips si no sabemos usarlos. Además, deberíamos apostar por diversificar nuestras exportaciones, pues depender exclusivamente de Estados Unidos es como caminar por la cuerda floja sin red de seguridad.
Lo que nadie puede negar es que 2024 pasará a la historia por la elección de la primera mujer presidenta. Un hecho que podría ser el inicio de una época dorada o simplemente el cambio de cara en el retrato oficial. Eso sí, nuestra mandataria ha demostrado tener temple para las críticas y habilidad para manejarse en un Congreso donde el “estira y afloja” parece deporte nacional.
El show continúa
El 2024 nos deja con más preguntas que respuestas. ¿Saldremos del letargo económico? ¿Será que las reformas realmente transformen al país? Lo único seguro es que los mexicanos seguiremos haciendo malabares para salir adelante.
Con el fin de este año, queremos enviar un mensaje de buenos deseos a todos los lectores. Que el 2025 sea un año de oportunidades y crecimiento personal, que sigamos encontrando fuerza en nuestra resiliencia y que nunca perdamos la capacidad de soñar con un México mejor. Brindemos por un futuro lleno de esperanza y progreso. ¡Feliz año nuevo!