Jimmy Carter: un destacado demócrata
El expresidente estadounidense James E. Carter murió el domingo pasado en su residencia. Tras su fallecimiento, la prensa internacional y los columnistas lo han recordado en sus textos. Me sumo ahora a esta iniciativa. Recomiendo, para una mayor referencia sobre su gobierno y vida, el libro “President Carter: the White House years”, del autor Stuart E. Eizenstat.
Jimmy Carter fue un político moderado y bien intencionado que, tras haber servido como senador y gobernador de su estado natal de Georgia, se convirtió en el 39º presidente de Estados Unidos.
Carter ganó los comicios presidenciales de 1976 contra el presidente en funciones Gerald Ford. Debe recordarse que este último había asumido el cargo en 1973 como resultado de la renuncia de Richard Nixon.
El presidente Ford, luego de haber sufrido una crisis de desprestigio provocada por el escándalo Watergate y por su decisión de otorgar el perdón presidencial a Nixon (a pesar de la evidencia de su participación en actos de espionaje contra el candidato demócrata George McGovern en 1972) fue derrotado por el exgobernador de Georgia.
La presidencia de Carter marcó el inicio de la era post-Vietnam, en el contexto de las postrimerías de un activo intervencionismo estadounidense en el mundo en pos de la democracia y en una guerra fría contra el comunismo soviético.
A pesar de ser un presidente bien valorado, el gobierno de Carter es hoy recordado principalmente por los actos de violencia cometidos por los simpatizantes del Ayatollah Jomeini en Teherán en 1979.
Tras la caída del desprestigiado Sha de Irán, y su posterior exilio en Estados Unidos, una turba de estudiantes iraníes irrumpió en la embajada estadounidense, provocando la conocida “Crisis de los rehenes” que se tradujo en la toma, durante más de un año, de la representación diplomática estadounidense en la capital iraní.
El fracaso de las negociaciones del gobierno de Carter y el régimen devino en una crisis internacional y en la erosión de la imagen de los Estados Unidos como líder en aquella región del mundo.
Ronald Reagan y el Partido Republicano, decididos a utilizar el penoso episodio como arma de campaña, terminaron con las aspiraciones de Carter y de los demócratas de alcanzar un segundo periodo presidencial. Les batieron cómodamente en las elecciones de 1980.
El Partido Demócrata, tras la debacle de aquel año, no alcanzaría de nuevo la presidencia hasta 1992 con el triunfo de Bill Clinton sobre el presidente George H.W. Bush. En aquellos doce años de gobiernos republicanos el país transitaría hacia un nuevo modelo económico caracterizado por la puesta en marcha de los principios neoliberales de Milton Friedman y de la Escuela de Chicago.
Jimmy Carter es hoy un expresidente bien valorado por los estadounidenses. Su trabajo en los años posteriores a 1980 son bien conocidos por sus esfuerzos en favor de la promoción de la democracia, de las elecciones libres y de los derechos humanos, y sobre todo, por haber sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2002. Fue un demócrata destacado.