Un 2024 para la posteridad
Desde mi punto de vista, el 2024, para la posteridad, tiene un significado muy especial por la vorágine de sucesos que acontecieron en una misma etapa que, evidentemente, quedará marcada para la eternidad en un universo sociopolítico que, desde hace más de seis años, decidió, a través de la sociedad o el pueblo de México, darle un giro al paradigma y, con ello, poner fin a la era del conservadurismo. Lo que pasó, en pocas palabras, fue la ratificación de lo que aconteció aquel 2018, fecha que triunfó la izquierda con su máximo exponente de la política: Andrés Manuel López Obrador. Lo más relevante, que perdurará en el futuro, es la memoria del líder supremo de la política progresista en México. Claro, a pesar de que los conservadores lo cuestionen, su plataforma nacional, en términos políticos, puede ser equiparable a la de Lázaro Cárdenas, o incluso a la de Benito Juárez.
Como mandatario, modificó notablemente la política pública, especialmente el esquema de programas sociales que, como es bien conocido, se han puesto en marcha a escala nacional. Para ello, subrayamos el año 2024, sin temor a equivocarme, como punto de partida histórica. Además, marcó el inicio del proceso de transición con Claudia Sheinbaum, la primera mujer en ser presidenta de México.
En el marco de la continuidad de las políticas públicas de la Cuarta Transformación, la fracción parlamentaria de Morena, que es la más destacada en el apoyo, ha dado otro avance crucial en el proyecto que Andrés Manuel López Obrador ideó con el Plan C. De hecho, se encuentra por finalizar el conjunto de veinte iniciativas que AMLO planeó a comienzos del año. De ese momento, recuerdo, las circunstancias políticas no resultaron favorables debido a la proporción numérica en ambas cámaras. No obstante, con el tsunami que tuvo lugar el pasado 2 de junio, la esfera política se expandió a gran escala; es decir, lo que se propuso en el Plan C se está materializando de manera exacta. Lo más importante de todo ello es que, para beneficio, falta mucho tramo que recorrer y, con ello, vendrán más políticas públicas que beneficiaran al país, especialmente a los sectores más vulnerables.
El 2024, en sí mismo, también confirmó la decadencia del conservadurismo que ha estado hallando razones para perturbar la gobernabilidad y el buen periodo que prevalece en el país, en particular debido al proceso de transformación que, hace más de seis años, estableció los fundamentos mediante un modelo humanista como uno de los preceptos fundamentales. Desde sus orígenes hasta su núcleo, Morena ha evidenciado que, en la actualidad, los sectores sociales son el principal componente para cubrir sus necesidades. Eso lo tenemos muy presente aquellos que, por congruencia, ratificamos el voto de confianza a la coalición Seguimos Haciendo Historia. Para fortuna de México, recordemos, Sheinbaum es la jefa de Estado, algo que, desde luego, estaba contemplado en el Plan C que diseñó Andrés Manuel López Obrador.
Por esa razón, tras tres meses de su protesta, Claudia Sheinbaum no solo capta la atención de todo el país, sino también la atención de los medios de comunicación globales. En todas las circunstancias, su respaldo y los niveles que ha conservado, además de justificar sus actos, la sitúan en el núcleo de un universo sociopolítico que, evidentemente, nunca ha llegado la oposición en décadas. Lo afirmamos, eso será suficiente para que Morena, que se encuentra en su pico, obtenga las 15 posiciones gubernamentales que se disputarán en 2027. Indudablemente, la derecha estará evaluando las repercusiones del tsunami que se aproxima; en otras palabras, el PRIAN seguirá perdiendo terreno que, finalmente, les generará costos políticos superiores. A pesar de si forman coaliciones o no, el lopezobradorismo será devastador en el 2017.