Telebachillerato en Chiapas: una opción que hace historia

El telebachillerato, en nuestro estado, cumplió 30 años de existencia. Nació en el contexto del levantamiento armado de 1994, en un momento de incertidumbre social, política y cultural, con el fin de atender contextos en los que no había educación media superior. Adaptado del telebachillerato de Veracruz, que tenía 14 años antes que el nuestro, tuvo una finalidad amplia, al atender a las comunidades rurales más apartadas. Entre 1994 y 1995, arrancó el proyecto con 30 planteles escolares. Durante sus 30 años de labor ininterrumpida, el telebachillerato ha transitado por una serie de cambios políticos, sociales y culturales a los que se ha sabido adaptar y robustecer.

El día de hoy es un referente educativo para los 69 municipios en los que tiene presencia; ya que los ha acompañado en el trayecto formativo escolar dentro de las tres décadas que marcan su historia, siendo uno de los subsistemas que se han mantenido en la atención de la población joven de nuestro estado. Actualmente, existen 125 planteles, en los que están atendidas las regiones rurales del estado. Los maestros y maestras que, junto con la comunidad estudiantil, son el cuerpo del telebachillerato, cumplen una doble función, por un lado, llevan a cabo labores docentes, académicas, de acompañamiento formativo y, por el otro, atienden temas de orden administrativo.

En la actualidad, se da atención a 8790 jóvenes, que cubren un rango de edad de entre los 14 y 18 años; de los cuales 4418 son mujeres y 4372 son hombres. Datos que nos hablan de un cierto equilibrio de género que subyace a la dinámica del telebachillerato. Es importante resaltar, que el colectivo magisterial cuenta con una gama de profesiones, misma que hace más amplia la experiencia formativa, ya que en ese diálogo que nace del proceso de enseñanza-aprendizaje, la comunidad estudiantil cuenta con un horizonte de expectativas más amplio.

Uno de los momentos más complejos para el telebachillerato fue el iniciado en la pandemia por Covid-19, que atravesó de manera directa todas las acciones en la vida de esta institución. Algunas situaciones, como la deserción, la imposibilidad de comunicación, pero, sobre todo, la misma situación de resguardo, provocaron que el telebachillerato tuviera que construir formas innovadoras o mejor adaptadas a esta situación. Por ello, se crearon clases virtuales, asesorías a distancia; del mismo modo, hubo la necesidad de gestionar cursos para los maestros y capacitación constante.

El telebachillerato ha sido una institución capaz de sostenerse en el devenir de la historia, tanto nacional, como chiapaneca. Ha sabido adecuarse a los cambios históricos, mantenerse en la lucha por la juventud de nuestro estado. Como un espacio educativo, ha sabido convertirse en una institución de vida, ha sabido ser casa y resguardo de las inquietudes de las juventudes en contextos rurales. Contar con espacios como el telebachillerato, es, muchas veces, un refugio para que los más jóvenes puedan encontrar otras experiencias, muchas veces cercanas y empáticas. Ya que son lugares en donde pasan gran parte de su día, al cobijo de una institución que ya tiene raíz en el suelo chiapaneco.

En la actualidad, el telebachillerato se encuentra en el contexto del Marco Curricular Común de la Educación Media Superior (MCCEMS). Este hecho, ha traído nuevos retos y nuevas expectativas, ya que, al reconocer la necesidad de reformar la educación media superior, el telebachillerato se ha sumado, con sus propias características al desarrollo y reflexión del nuevo modelo, generando nuevas didácticas, nuevas miradas docentes, pero, sobre todo, nuevos horizontes en las y los estudiantes. Por ello, a sus 30 años de haber nacido, el telebachillerato, es una casa de vida que hace historia en las consciencias de la juventud chiapaneca.

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