Universidades… gansito

“Toda gran causa comienza como un movimiento, se convierte en un negocio y termina siendo un fraude.”

CHRISTOPHER MCDOUGALL

“Después de tantos años la verdad es que es mejor

Dejar de lado un poco nuestra fascinación

Y no empezar proyectos inauditos

Y no vivir al borde del abismo

Pues eso ya pasó

Cenar en casa juntos viendo televisión…

Por una vez podrías reconocer

Has olvidado que las flores no van a florecer

Si no se riegan ni se cuidan ni se ponen al sol

Y también remover la tierra alguna vez.”

LA CASA AZUL

Me canso, ganso; son universidades gansito. Raquel Sosa, actual coordinadora de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez, dio toda la información para que, con datos duros, el exrector de la UNAM José Narro afirmara que estas son un “fraude educativo”.

Que no se enoje la presidenta Sheinbaum; mejor que revise las cifras que la misma doctora Sosa dio y verá que dichas universidades NI SIQUIERA preparan para el presente AL SEGMENTO de estudiantes que dicen atender, ya no se diga para el futuro (por cierto, que se hayan establecido en zonas de alta marginación no ha hecho que los estudiantes que en ellas residen hayan sido atraídos a sus aulas).

Voy a decir algo aún más grave que el evidente fraude de las Benito Juárez: estas universidades han coadyuvado a profundizar el rezago educativo en el país, sí, el cual creció en 2.8 millones de personas (dato del CONEVAL, órgano constitucional autónomo que también desaparecerá por decir la verdad). Y es que compiten por recursos escasos. Muy escasos.

Que ella no enoje tampoco a muy diversas comunidades universitarias —de las de en serio—, las cuales se las están viendo negras para subsistir, ya no se diga mejorar su investigación, docencia, planes de estudio (todas están muy lejos de ser de excelencia).

Entristece la respuesta de la primer mandataria porque ella es PUMA y porque no tiene el pretexto de López Obrador de no entender de números.

Si de lo que se trata es de mantener viva la promesa del expresidente, mejor que lo diga así, en esos términos y nos quitamos de farsas. Que hable de unos espacios, llamémosle ‘ocupacionales’, pero no afirmando que funcionan como universidades de en serio.

La directora de las UBBJ dijo que en 2022 tenían a 64 mil estudiantes registrados, pero solamente 3,664 egresados… ¿Alguien tiene contratado a alguno? En este año dijo tener 71 mil estudiantes, todos becados con 2,800 pesos al mes. Esto es algo así como 198,800,000 pesos mensuales que, calculando por doce meses y tres años, dan 7,156,800,000 de pesos… ¡Auch!

Y no, no tengo problema con becar a estudiantes. Faltaba más. Pero que sea en instituciones y programas que en serio algo eduquen y aporten; sean otras ya existentes o en las Benito Juárez convertidas en instituciones que no sea de guasa.

Llama la atención que en el sitio de las UBBJ https://ubbj.gob.mx/Sedes literalmente dice: “Las 202 sedes aquí mostradas son existentes y en operación” y a continuación muestra un mapa de la República Mexicana señalando las 202 ubicaciones. De entrada uno esperaría que si están contabilizadas en un sitio oficial sean reales y no se tenga que subrayar el hecho de que “son existentes y en operación”. ¿Qué pasa?, ¿dudan de ellos mismos? Lo que me lleva a plantear otra cuestión: si son 71 mil estudiantes y tienen 202 sedes, en promedio cada universidad tiene 351.48 alumnos. ¿Hasta ahí estamos? Pero mismo con eso, Raquel Sosa adelantó que se construirán 30 nuevas sedes para absorber otros 40 mil alumnos. La pregunta es ¿por qué? Esto es, si con las que hay ahora existe capacidad instalada para albergar a 200 mil estudiantes y hay inscritos 71 mil, pues están más que sobrados con lo que ya hay (existen 129 mil espacios libres actualmente).

Por ello, este tipo de gasto (porque de inversión no tiene nada) genera más dudas que certezas. La verdad es que me hace levantar la ceja… Y como ya no tendremos al INAI para preguntar, pues ahora dudo bastante más.

En el mismo sentido, en el Proyecto de Paquete Económico 2025 que presentó Hacienda al Congreso, ¡el aumento del presupuesto destinado a las UBBJ es del 92.4%! (Pasa de 1,562.6 millones de pesos en el 2024 a 3,014 millones de pesos). ¿Quién se está haciendo rico aquí?

Vamos a ponerlo en perspectiva: en la UNAM se tiene a casi 374 mil alumnos y, tomando en cuenta el presupuesto del año pasado (50,418 millones), es como si cada alumno le costara al gobierno 1,349 pesos.

Mientras que con el presupuesto de 3,014 millones que serán dado a las UBBJ, cada alumno le costará al gobierno 4,245 pesos…

Dirán: no hay capacidad de absorber más estudiantes en la UNAM, en el IPN, en la UAM, en diversas y variadas instituciones públicas de enseñanza superior, y será cierto. ¿Pero qué tal que hacer de las UBBJ de excelencia? ¿O aumentar el financiamiento a las casa de estudios públicas existentes? ¿O crear unas que sí aporten verdaderas competencias laborales al alumnado? Existe actualmente una red de institutos y universidades tecnológicas (todas públicas) cuyos egresados salen con título y con estudios reconocidos por la SEP. ¿Y si mejor fortalecer esta?

Pueden ser “diferentes sistemas educativos que cumplen diferentes funciones” como señaló Claudia Sheinbaum en la mañanera; así son los otros esquemas arriba mencionados. Pero una cosa es tener diferentes sistemas educativos y otra cosa es que estos no funcionen y ESE ES el problema de las UBBJ.

No, José Narro Robles no es ningún ignorante. Ni mucha ni poca ignorancia calificar a las Universidades del Bienestar como un “fraude educativo” ¡cuando la misma SEP —o institución / organismo público, privado, nacional o internacional— no les reconoce sus estudios!

Otra vez, no lo digo yo ni el exrector de la máxima casa de estudios de la nación. Estudiantes de las UBBJ han protestado en diversas ocasiones. La más sonada en Palacio Nacional en octubre de 2022. Alumnos de medicina pidiendo un plantel propio y mejores planes de estudio. Esto es, los jóvenes querían estudiar y aprender. “Estamos a punto de terminar la carrera y no nos han enseñado cosas básicas”. Y remataban diciendo que no denunciaban “por miedo a perder la beca” (los que lo hicieron, se lamentaban del fraude del cual habían sido objeto).

La presidenta sabe que la preparación exige oportunidades, sí, pero también estudio, esfuerzo, buenos maestros, superación vía mérito, lugares dignos para lograrlo, planes de estudios actuales y competitivos. ¿Por qué no invertir ese dinero en las universidades, escuelas e institutos públicos que al menos a ello tienden?

Las UBBJ son instituciones gansito y con el ganso cansado ya tuvimos suficiente.

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