La doble moral mexicana: ¿unidos o crueles en redes sociales?
Los mexicanos nos jactamos de ser un pueblo unido, solidario y compasivo. Sin embargo, en más de una ocasión esta unión se diluye ante los juicios implacables y los ataques masivos en redes sociales. Un claro ejemplo de esto es lo que ha sucedido recientemente con Ángela Aguilar, Christian Nodal, y las especulaciones que envuelven a la cantante argentina Cazzu.
Primero, hay que recordar que las relaciones personales son eso: personales. Lo que Ángela Aguilar y Christian Nodal hayan decidido como pareja, o lo que Cazzu haya experimentado en su separación con el cantante, es asunto exclusivo de ellos. Los detalles que no conocemos no nos corresponden. Sin embargo, esto no ha detenido a miles de usuarios en redes sociales de emitir juicios, lanzar insultos, y hacer burlas que rayan en lo cruel.
Es alarmante cómo el “hate” dirigido a Ángela Aguilar y su familia ha trascendido lo que podría considerarse una crítica pasajera. En lugar de enfocarse en los logros artísticos de una joven talentosa o en los avances de su carrera, las redes se han convertido en un tribunal popular que juzga aspectos de su vida que no deberían estar sujetos a escrutinio público.
Además, la actitud hacia Cazzu tampoco escapa a este doble estándar. Si bien su relación con Nodal llegó a su fin, es erróneo clasificarla como víctima o villana, ya que únicamente ellos conocen las circunstancias reales de su historia. En todo caso, deberíamos respetar las decisiones que cada uno toma para seguir adelante.
Pero el problema va más allá de este triángulo mediático. Como sociedad, hemos normalizado la burla y el ciberacoso en nombre del humor o la crítica. Nos mofamos de todo, pero olvidamos que del otro lado de la pantalla hay personas reales, con emociones y familias que también sufren el impacto de los comentarios hirientes.
Es momento de reflexionar y actuar. Si realmente somos un pueblo unido, debemos demostrarlo no solo en tiempos de crisis nacionales, sino también en cómo tratamos a quienes están bajo el escrutinio público. Es fundamental poner un alto al bullying en redes sociales, especialmente cuando no hay justificación para ello.
La familia Aguilar, y en particular Ángela, no merecen este linchamiento mediático. Al final del día, los únicos que están felices y avanzando con sus vidas son ellos, mientras que los fans y críticos se consumen en una batalla innecesaria.
Hagamos un esfuerzo por ser coherentes con los valores que tanto pregonamos. El respeto y la empatía deberían ser nuestro verdadero estandarte, no el odio disfrazado de humor.