Nuestra Señora del Inmaculado Peltre

IRREVERENTE

Les platico:

Uno gasta cuando tiene y si no, se aguanta.

En éstas bárbaras comarcas del norte -donde arrancarle frutos al desierto cuesta transpiración más que inspiración- las cosas se ganan con sudor, lo digo sin pudor.

Generación del peltre o del “o”

Aunque se pudiera, abuelos y padres nos enseñaron a tener esto “o” lo otro.

Hoy, muchos niños, adolescentes, adultos y senectos; privados y públicos; activos o jubilados; mujeres y hombres, son la generación del “y” o del “cristal”.

Quieren esto “y” también lo otro, pero como son de cristal, se rompen al primer golpe.

Cada vez que escucho a alguien decir que le va a meter “magia” a su jale u oficio, es cuestión de contar los días -o las horas- para que su “magia” se tope con la dura pared de la realidad.

Si fueran de peltre no se quebrarían, pero son de cristal.

Un rasguño de justicia

Los peores narcisistas son aquellos que se dicen socialistas y viven como capitalistas.

Desde hace seis años, padecemos un gobierno que tira hacia la izquierda “transformadora”, pero cuyos miembros se desvalagan al primer intento hacia la derecha conservadora.

El más reciente caso es el de Ricardo Monreal y los helicópteros “prestados” -si, apá- de sus amigos.

Pero como él los hay por manadas.

El peor de ellos, Gerardo Fernández Noroña, que habla como menesteroso pero viaja en primera clase, se hospeda y come en asientos, camas y mesas de postín.

La transformación les hace justicia a éstos y muchos más.

Viéndolos, como componentes moralmente repugnantes de la especie en el poder, le prendo veladoras a Nuestra Señora del Inmaculado Peltre, para que nos conceda a los mexicanos, un rasguño de justicia.

Tenemos poco menos de seis años para que nuestras plegarias rindan frutos.

Cajón de Sastre:

Amén.

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