El intocable

Hace 8 años cayó el que se sentía intocable: Guillermo Padrés Elías.

Un día como hoy de hace 8 años, el exgobernador panista que rompió la hegemonía del Revolucionario Institucional en Sonora, fue detenido por elementos de la Marina Armada de México y agentes federales al salir de una entrevista en la Ciudad de México y puesto a disposición de un juez federal.

En el Reclusorio Oriente, se le leyeron los cargos: delincuencia organizada, fraude y lavado de dinero.

“Yo les he enseñado a mis hijos que vayan por el camino correcto”, dijo el exgobernador en la entrevista que terminó momentos antes de que se cumplimentara la orden de aprehensión en su contra.

Mientras lo decía, su hijo de 26 años de edad estaba ya detenido y acusado de lavar 178 millones de pesos producto del erario del estado y 134 más que también eran de procedencia ilícita.

Unos años después, los Padrés continuarían su proceso en libertad, no obstante, dicho proceso aún no termina.

A pesar de haber pasado en prisión 9 meses y 26 meses, hijo y padre correspondientemente, los Padrés continuaron con actitudes que poco aportaron a sus intentos por probar su inocencia jurídica y ante la opinión pública.

En un video publicado en sus redes sociales días después de su toma de protesta, Guillermo Jr. exigía directamente al presidente López Obrador la liberación inmediata de su padre. El mensaje fue dirigido en una actitud de confrontación que rayaba en el absurdo: en el performance político.

La falsedad performativa se convirtió el nuevo argumento de la familia. El exgobernador salió de prisión después de pagar 100 millones de pesos como fianza, con una barba surreal. Pidió a sus amigos apoyo para recaudar el dinero para la liberación. Su primera declaración pública fue decir “ya estoy libre cabrones, agárrense hijos de la chingada”, en tono amenazante.

Irreflexivos, soberbios

Pocas personas pisan la cárcel acusados de crimen organizado y salen queriendo intimidar. Pocas personas son acusados de lavado de dinero y regresan para pedir el voto por algún candidato, para continuar influyendo a través de su familia política. Guillermo Padrés así lo hizo.

Guillermo Padrés es un nombre de esos que ya significa poco. Se menciona de vez en tanto, cada que se cumple un aniversario de su detención o cuando alguien pasa por Bacanuchi y recuerda la presa privada que construyó en su propio rancho, robándole vital líquido a agricultores, ganaderos y ciudadanía en general.

Padrés continúa su proceso en libertad pero contra la corte de la opinión pública no hay estrategias dilatorias. El exgobernador no tiene legado. Se hunde en el olvido. Es poco más que la historia de otro hombre que lo tuvo todo para pasar a la historia pero prefirió llenar sus bolsillos con billetes. Hay poco peor castigo para un político que la irrelevancia histórica. Quizá lo único peor es seguir vivo para verlo.

TIRADOS

Van poco más de dos meses de la LXVI legislatura pero eso no detiene a quien ya conspira para construir su próximo espacio. ¿Es mucho pedir de los hermosillenses servidores públicos comprometidos con el cargo para el que fueron electos?

Le llamaron “La Victoria del Pueblo” al evento encabezado por legisladores realizado en todo el país con motivo de celebrar la reforma al poder judicial. En Hermosillo hubo buen aforo no correspondido por la (falta de) habilidad de los oradores. Cuatro tomaron el micrófono, pero solo una tuvo la capacidad de hacer que algunos aplaudieran por emoción más que por cortesía. Hay niveles. Y la mayoría de los políticos deberían subirlo.

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