“El gobierno actual no entiende, la presidenta solo habla con ella misma”. La oposición no entiende que no entiende

¿Qué es la decisión política fundamental? En el revuelo que se traen en todos lados por los grandes cambios que se avecinan y que se fraguan día a día en nuestro país, las grandes mesas de dialogo, que no son otra cosa más que ventanas para lanzar mierdero en contra de los que NO SABEN DE LEYES, y por ende no deberían opinar, sic. Acabo de ver un discurso que pinta de pies a cabeza  a la oposición mexicana. Esto fue en boca del estudioso, ya que  se emitió desde Jurídicas UNAM, Carlos Fernando Matute González, y esperando poner en palabras el énfasis y enjundia mostrada les transcribo la parte que más me resonó.

“¿Tenemos una decisión política fundamental que hayamos construido durante doscientos años? El gobierno actual se salta la transición democrática”…

Comienza de esta manera un discurso por demás interesante, obviamente desde el punto de análisis a su repudio a todo lo que concierne 4T. Honestamente no había presenciado nunca un discurso de este maestro, y miren que me la paso en derecho UNAM, pero escuchar su diatriba me da un parámetro para ubicarlo y después de la lectura puedo imaginar que lo mismo ocurrirá con ustedes.

“La transición democrática la empezamos en 1982 en México, ‘aparentemente’ la concluimos por ahí del 2018, y es una etapa en la que cambiamos profundamente la Constitución y que la mayoría de nuestros estudiosos solamente hablan de: Setecientas reformas… ¡¿Y?!… ¡CAMBIAMOS CINCO EJES FUNDAMENTALES A LA CONSTITUCIÓN!

“¡HICIMOS UNA NUEVA CONSTITUCIÓN EN TREINTA AÑOS EN FORMA GRADUAL!

“Y también hicimos lo que ellos están haciendo, desintegramos la corte en 1994 para poderles dar imagen a estos cinco ejes de cambio que yo alguna vez identifique, entonces, cambiamos profundamente la Constitución y no fuimos capaces de decirle a la sociedad mexicana que habíamos hecho una nueva Constitución y lo único que les decíamos: Es que hemos hecho setecientas Reformas Constitucionales…

“¿Y? La calidad de esas reformas fueron bárbaras, cuando digo bárbaras; bárbaras… creamos un estado de revisión de cuentas, otro de transparencia, otro de resultados constitucionales, una nueva corte, corte constitucional, control de constitucionalidad y no supimos defenderlas ideológicamente como una NUEVA CONSTITUCIÓN, eso hay que señalarlo con claridad, por eso en menos de seis meses pretenden desmontar la nueva Constitución que nos dimos en 30 años; y parece ser que lo van a lograr…”

Algo digno de aplaudirse, que él, Carlos Fernando, sí reconozca, primero, que los poderes fácticos establecidos en los ochentas cambiaron garrafalmente al país, y desde ahí comenzaron las “reformas” que no fue más que tasajear a gusto y conveniencia la Constitución mexicana. Segundo, que cambiaron la corte para amoldarla a los requerimientos. Tercero, que le duele mucho ver que el gran trabajo hecho, sic, les duró poco. Y cuarto, que la cuarta transformación esta imparable… “parece ser que lo van a lograr”… Se le notaba el desencanto en la voz al emitir estas siete palabras.

México pasa actualmente por nuevas encrucijadas, encaminadas desde hace seis años, donde pesándole a  algunos pocos, la mayoría  va ganando terreno a todas luces, se tiene que definir que camino elegir en esta su nueva vida como nación. Las decisiones rápidas tomadas desde presidencia de la república buscando un modelo de organización social realizado a partir del sexenio pasado con Andrés Manuel López Obrador, y en continuidad ahora con la presidenta Claudia Sheinbaum ha pisado varios callos, el origen de todas las transformaciones tiene como base o trasfondo el proceso de globalización iniciado, como bien lo menciona Carlos Fernando Matute, en 1982, sí, llegando desde el extranjero esas modificaciones a implantar.

Pero una cosa es no quedar atrás en la evolución mundial y otra se súbditos y esclavos de corrientes ideológicas extranjeras, agachones, como lo fueron anteriores regímenes, que ante el pueblo se erigían y con reformas impuestas a modo saquearon la riqueza de nuestra nación.

Y por si fue poco, el estudioso en derecho, se desliza hacía atrás en el tiempo, se agarra de la Constitución de 1824, Apatzingán, por cierto, en plena celebración el día de ayer, pero ese es otro tema, y hace análisis de las ordenanzas de Carlos IV que impactaron en toda la organización constitucional de toda Iberoamérica, sí aquella reforma borbónica, sic.

Otra parte interesante es cuando queriendo denostar el pensamiento critico de la 4T toma de referencia al senador Gerardo Fernández Noroña y lo vincula al pensamiento Schmittiano, señalando que el populismo está infectado de esta visión… ¡Uf!

Principios o decisiones fundamentales desde la expresión Schmittiana, según Carlos F. Matute…

“Los principios fundamentales son la expresión del pueblo, de una clase, del pueblo, de una mayoría, de una raza que tiene un destino histórico previamente establecido por lo tanto son inmutables y representan un espíritu objetivo que se convierte en derecho… Entonces por eso el senador Noroña dice que durante 32 años nos dedicamos a traicionar al pueblo de México porque cambiamos el espíritu del pueblo mexicano, porque creen que hay un destino manifiesto establecido desde 1917. ¡Lo cual es falso!

“Y entonces muchos de los populismos que estamos viviendo están infectados de esta visión, ellos saben lo que… cual es el destino de nuestros pueblos y actúan en esa consecuencia, por lo tanto, en el caso del expresidente López Obrador, el pueblo hablaba por su boca; en el caso de nuestra nueva presidenta, ella solamente habla con ella misma, habla con el pueblo, no con la oposición, porque ella representa al pueblo, entonces hay un discurso donde todo se da a partir de un sujeto histórico político abstracto que una mayoría dominante circunstancial impone al resto…”

Lo mejor casi al final fue la contradicción, anulando la defensa de los cambios en 32 años, ya para finalizar su ponencia exclama…

“A como los mexicanos reformamos mucho nuestra constitución, no tenemos una buena Constitución, las buenas Constituciones son las que se reforman poco como la norteamericana, y si no imitamos a los norteamericanos o los europeos no hacemos un buen constitucionalismo, creo que es un problema en México y tal vez compartido por otros países de Iberoamérica, nosotros hacemos nuestros deseos políticos fundamentales a nuestra manera y conforme a nuestra historia y ojo, con una realidad de desigualdad social que tenemos que superar…”

Al estudioso en derecho solo bastaría recordarle lo dicho por Karl Loewenstein,1891/1973, filósofo y jurista alemán, donde su gran obra: Teoría de la Constitución dice:

“La norma fundamental es un instrumento jurídico para controlar y limitar el poder…”

Loewenstein establece que existen muchos tipos de constituciones; Constitución ontológica, Constituciones normativas con vigencia y eficacia real, Constituciones nominales sin una realidad existencial pero con una esperanza de cumplimiento y Constituciones semánticas, un disfraz jurídico, pero asevera que una verdadera Constitución es aquella que, además de contener normas sobre los poderes supremos y garantías esenciales, debe encarnar los más profundos valores de la democracia y la realidad del grupo de gobernados al cual se impondrá, sí, parecido a LOS SENTIMIENTOS DE LA NACIÓN, aunque a muchos les produzca urticaria.

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