Somos Oro Reseña: ¿Qué tal está la nueva serie mexicana de Amazon Prime Video?

Somos Oro es una comedia mexicana producida por Amazon Prime Video y protagonizada por Michelle Rodríguez y Diana Bovio.

La cual es un tanto curiosa, por lo menos en sus dos primeros capítulos; pues parece que Somos Oro no ira más allá de las clásicas series mexicanas llenas de “humor barato”.

No obstante, también deja ver que es una sátira muy bien pensada, llena de humor negro y momentos dramáticos.

Lo cual, por lo menos en este inicio, nos da una obra un tanto irregular; pero que apunta a mejorar si sigue por el camino planteado.

¿Cómo es Somos Oro?

Somos Oro se centra en dos amigas: Vanessa y Marilú. Una vendedora de perfumes en una tienda, y la dueña de un salón de belleza que está al borde de la quiebra.

Tras llegar al punto más bajo en su vida y carreras, deciden adentrarse en el mundo de las ventas multinivel, con la esperanza de cambiar su suerte.

Creando su propio esquema piramidal llamado GoldenLife, sin tener realmente experiencia en negocios e improvisando sobre la marcha.

En su mejor momento, Somos Oro es un reflejo de la vida cotidiana de muchas personas que buscan una oportunidad de mejorar sus vida.

La trama toca temas como el empoderamiento, la amistad y la determinación; pero también, la falta de oportunidades, la corrupción, la desesperación y la falsedad de las redes sociales.

Es aquí donde Somos Oro hace una muy buena sátira de las empresas piramidales y la eterna búsqueda de riqueza.

Señalando que el aspirar a una mejor vida no es solo “echarle ganas”, pues existen obstáculos históricos y personales que no te permiten avanzar.

Todo presentando con un humor negro y ácido, que en su punto más alto te sacará una sonrisa, pues la serie no tiene miedo de reírse de sí misma y de las situaciones absurdas en las que se meten sus personajes.

Hay que destacar las actuaciones de Michelle Rodríguez y Diana Bovio, las cuales tienen una química que traspasa la pantalla en estos dos capítulos.

Sus interpretaciones hacen que Vanessa y Marilú sean personajes fácilmente identificables, a pesar de sus decisiones cuestionables y sus métodos poco convencionales.

Con una promesa de que tendrán un desarrollo tanto personal, como en su amistad, a lo largo del show.

¿En que falla este inicio de Somos Oro?

Hemos mencionado que cuando Somos Oro alcanza su mejor momento, nos entrega una gran serie de sátira y humor negro; el problema de este inicio es que también enseña sus parte más baja.

Los pasajes bajos de Somos Oro son muy malos; destrozando ese humor bien planeado, y agotándolo en bromas escatológicas, que si bien tienen un punto en la narrativa, al final se sienten gratuitas.

Algo que podemos encontrar en todas las series cómicas mexicanas modernas, que buscan la risa fácil abusando de las groserías, sin que estas tengan un fin más allá de “ser groserías”.

Lo cual llega a producir una sensación de hartazgo y que el show no tiene un fundamento más allá de esto.

Sin olvidar que hay momentos en estos dos capítulo de Somos Oro, que se siente un tanto predecibles.

Cayendo en los lugares comunes del género, con pocas sorpresas y agotando a los personajes en una unidimensionalidad.

Sin mencionar que vemos muy poco de los personajes secundarios en este inicio de Somos Oro; aunque se presenta todo el elenco, en realidad su relevancia es mínima hasta este momento.

Aunque por lo que pudimos ver, varios de estos problemas se podrían arreglar conforme avancen los episodios, ya que se siente una evolución orgánica para bien del capítulo 1 al 2.

¿Vale la pena Somos Oro?

El inicio de Somos Oro es complicado de ver; la gran mayoría de sus problemas se concentran en el primer capítulo, lo que daría una mala imagen errónea de la obra a la audiencia.

Pues el capítulo 2 de Somos Oro está mejor estructurado, presentando esa parte satírica de humor crítico mejor planteado.

Si la serie sigue ese camino evolutivo, podría ser una de la mejores producciones cómicas de los últimos años del país.

Sin embargo, si la producción decide regresa al estilo del primer episodio, corre el riesgo de convertirse en una obra olvidable, a pesar de todas sus virtudes.

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