Sagrado, el derecho a la protesta, pero ¿lavar la ropa sucia frente a las visitas?

Me pregunto si valía la pena que gente del poder judicial expresara su inconformidad con una ruidosa manifestación afuera de Palacio Nacional en el momento en que ingresaban a la sede del gobierno de México hombres y mujeres de negocios de Estados Unidos para participar en una reunión con sus colegas nacionales encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum.

Los refranes son sabios. Uno realmente sensato es el de la ropa sucia se lava en casa y no frente a las visitas. De acuerdo, Palacio Nacional es la casa de todos y todas quienes vivimos en México, pero… de ninguna manera benefició a nuestro país que gente dedicada a la actividad empresarial en el vecino país presenciara tan escandalosa protesta generada por un conflicto interno.

Lavar la ropa frente a las visitas puede ser una tontería mayor. Lamentable leer en el Financial Times la nota sobre el evento aderezada con este párrafo de contexto: “Afuera del Palacio Nacional, donde se realizó la cumbre de inversionistas, los trabajadores judiciales en huelga bloquearon las entradas debido al plan de Sheinbaum de realizar elecciones para jueces. Sostenían carteles en inglés que decían ‘Empresario… su inversión está en peligro, no se deje engañar’ y ‘Reforma judicial, el camino corto a la dictadura’…”.

Por fortuna, a pesar del alboroto afuera de Palacio, fue un éxito la reunión de la presidenta Sheinbaum con importantes hombres y mujeres de negocios de México y Estados Unidos. No puede calificarse de otra manera el anuncio de inversiones por unos 20 mil millones de dólares para el próximo año, y la cifra podría subir a 30 mil millones. Estamos hablando de muchísimo dinero que se traducirá en empleos y bienestar para la sociedad mexicana.

A Claudia Sheinbaum se le dan bien las reuniones con líderes globales. Ayer mismo, Claudia se reunió en privado con Michael Bloomberg, uno de los hombres más ricos del mundo, para hablar de proyectos de innovación aplicables en la administración pública.

Lo dicho, a la presidenta Sheinbaum se le dan las reuniones con líderes globales. Este 15 de octubre dialogó con grandes hombres y mujeres de negocios de Estados Unidos y México… Pero este no es el platillo principal.

El próximo mes Claudia está invitada a la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil.

En el tracking diario ClaudiaMetrics hemos preguntado a la gente si la presidenta Sheinbaum debe asistir o no a esa cumbre. La pregunta tiene sentido porque su antecesor, López Obrador, no asistió a ninguna cumbre de gobernantes de los países con las economías más grandes del mundo.

Más del 70% de las personas entrevistadas opinan que Claudia Sheinbaum, en política exterior, no debe hacer lo mismo que Andrés Manuel López Obrador.

Es decir, la inmensa mayoría de la población espera que ella esté en Río de Janeiro para dialogar con los gobernantes más poderosos del planeta, el de Rusia, el de China, el de Estados Unidos, el de Alemania, el de Brasil, el de Japón, la italiana, el de Francia, la presidenta de la Comisión Europea, etcétera.

Si a la presidenta Sheinbaum le fue bien con hombres y mujeres de negocios de Estados Unidos, cabe pensar que le irá muchísimo mejor con quienes gobiernan las naciones más grandes, líderes globales que a fin de cuentas establecen las agendas políticas y económicas que mueven al mundo.

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