La paternidad para el narcotráfico y su orfandad

Quiero decirles que de verdad aún tengo esperanza de que Claudia Sheinbaum, nuestra nueva presidenta, nos dé algún resultado tangible de todas las promesas ya promulgadas. En estos días desde que tomó protesta como presidenta al menos he sentido una paz como nunca la había sentido durante estos  seis años.

La tranquilidad y mesura con la que Claudia Sheinbaum ha llevado sus mañaneras creo brindan un estado de paz y de bienestar para todos.

Dejar de ver golpeteos en el atril ni aleteos con los brazos, mucho menos escuchar gritos y ofensas, es realmente algo esperanzador.

Pero por otro lado veo con terror que la criminalidad está a la orden del día. Se desató la violencia como nunca antes. Aquí en Querétaro también están sucediendo cosas que jamás han pasado desde que vivo aquí: Matanzas y ajusticiamientos y en una de las zonas más exclusivas del estado, en Juriquilla, en una barbería mataron a sangre fría a una persona.

Luego, me entero de los cinco cuerpos decapitados que aparecieron en Jalisco y alcancé a ver las fotos y se me revolvió el estómago y el alma. Y así historias como estas, como la decapitación del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, están sucediendo y la presidenta un tanto nerviosa pero manteniendo el control de ella misma, no dice gran cosa de este horror.

Sin duda creo que la gente del narcotráfico se sintió arropada con la figura del expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Digamos que más haya de haber pactado o no con el narcotráfico como se ha venido diciendo, pienso que los delincuentes sintieron la protección más que nada paternal de parte del entonces presidente.

Quizá tenían la sensación de que alguien los quería y los cuidaba y aceptaba como son  y sí,  digamos la figura de un padre.

Creo que esto es así porque no encuentro otro motivo por el cual estemos viviendo escenarios llenos de horror. Y es que con la salida y exilio del otrora presidente, quizá las personas que se dedican al narco se sintieron abandonadas y olvidadas, o como cientos de niños que ven partir a su padre para no volverlo a ver nunca más tienen esta sensación de orfandad.

Yo creo que Claudia Sheinbaum no tiene la más mínima intención de dialogar, de tener un acercamiento con el narco y es que su carácter tampoco se presta para lograrlo y más en un país ultra machista, menos.

Y ojo, es solo una teoría mía. La delincuencia se destapó como nunca antes, desde el día uno de la gobernanza de Claudia Sheinbaum, porque aquellos que sentían el amoroso cobijo de un padre, hoy se sienten abandonados y entonces salen a asesinar a diestra y siniestra a quien no vele por sus intereses o lo que es peor, militares asesinando a civiles nomás porque se confundieron.

Entonces creo que la gente del narcotráfico se encuentra herida ante el abandono de su figura paterna pero además de todo y por otro lado están completamente empoderados, tanto cobijo hizo que cobraran una fuerza descomunal y están haciéndoselo saber a todo México.

Aquí en Querétaro donde nunca pasa nada, están pasando asesinatos ante la mirada confusa y angustiada de el mejor gobernador que tiene este país, Mauricio Kuri.

Pero sé, de buena fuente, que el gobernando esta buscando asesorías a nivel policial para él y su gente, para saber cómo enfrentar esto que jamás había ocurrido.

Pienso que las personas dedicadas al narcotráfico saben que no podrán dialogar con Claudia Sheinbaum ni pactar con ella, entonces muestran su furia y rabia incontenible y sanguinaria.

Tal vez al que le toque contactar con el narco sea a un experimentado Omar García Harfuch.

Bueno, amigos, agradezco mucho los que me leyeron hasta acá. Sé que saben que mi artículo es de opinión y no tengo la verdad absoluta ni me dedico a la investigación.

Solo escribo por pura intuición.

Es cuanto.

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