La bandera blanca en Culiacán: ¿pax narca o advertencia?

El viernes pasado, un helicóptero militar sobrevoló el cielo de Culiacán exhibiendo un paño blanco, sin nada más, como los pañuelos que se sacan en películas en señal de paz.

 

El hecho ocurrió unas horas después de la visita del general secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla Trejo, y del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a Culiacán.

 

Hasta ahora, ninguna autoridad del gobierno estatal o federal, ha explicado qué demonios significó ese mensaje.

 

Obviamente, todos los vacíos de información se llenan con rumores e interpretaciones, no todas correctas, pero todas atendibles.

 

El grueso de la opinión publicada coincidió en que se trató de un mensaje enviado a los grupos que han generado una ola de violencia irrefrenable en algunos lugares de Sinaloa, específicamente en Culiacán, los Chapitos y los Mayitos.

 

Suponiendo que así fuera, el mensaje ¿fue para pedir una pax narca, pactada entre los grupos y las autoridades civiles y militares?

 

Eso ha ocurrido en algunas entidades y municipios del país; la pax narca no es un hecho desconocido en nuestro país y se ha negociado y aplicado como último recurso cuando las autoridades de la región se han visto imposibilitadas de contrarrestar a los grupos criminales.

 

Más vale un mal arreglo que un buen pleito, es la premisa.

 

Pero también podría ser una llamada de advertencia para ambos grupos en disputa: se calman o los grupos militares se aplicarán a combatirlos, en una guerra que no será oficial en el discurso pero sí en los hechos, como demandan millones de ciudadanos.

 

Pasaron más de 48 horas del vuelo del helicóptero y su misteriosa bandera blanca y nadie, ni el invisible gobernador Rubén Rocha Moya, han precisado de qué se trató.

 

Ni modo que digan que sólo estaban oreando las sábanas.

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Morena llevó al Senado su particular forma de elegir a candidatos de elección popular: la rifa, la tómbola o su acepción más fifí, la “insaculación’’.

 

Así lo ha hecho para elegir candidatos a diputados (locales y federales) y senadores, con resultados cómo que hay ahora una legisladora que dice que por comer maíz modificado genéticamente las mujeres pierden fuerzas para pujar en el parto, lo que ha incrementado las cesáreas.

 

Aunque la tómbola del sábado fue para elegir a centenas de trabajadores cuyos puestos serán llevados a las urnas el próximo año, nada garantiza que el resultado sea distinto a la hora de elegir jueces, magistrados y ministros de la Corte.

 

A pesar de los “filtros’’.

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El secretario de gobierno de Hidalgo, Guillermo Olivares, anda jugando a querer ser el abogado del diablo, lo que alentó los rumores de su inminente salida del gabinete de Julio Menchaca.

 

Sucede que el funcionario fue a Tula, y en una conferencia dijo que iba a convocar “al diálogo’’ a los dos grupos que se disputan, desde el 2020, la posesión de la planta de Cemento La Cruz Azul, establecida en esa ciudad.

 

Pero la invitación solo la hizo a los exdirigentes de la cooperativa, los hermanos Guillermo y Alfredo Álvarez, y su cuñado Víctor Garcés, ignorando a quienes detentan legalmente la dirección de la agrupación.

 

Olivares olvida también que se trata de un conflicto jurídico en el que un grupo se apropió de la planta productora a pesar de que ha perdido varios recursos legales.

 

Lo mejor sería aplicar la ley, pero con eso de que no “quieren patear el avispero’’, andan ofreciendo soluciones insostenibles.

 

     @adriantrejo

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