La Casa de Aramberri pasará de ser un sitio de crimen a un restaurante

La Casa de Aramberri es una vivienda emblemática de la ciudad de Nuevo León, Monterrey, que se presume embrujada debido al crimen que sucedió ahí en 1933 años.

Si bien fue abandonada en 1985, es no impidió que La Casa de Aramberri fuera visitada de manera clandestina por curiosos e investigadores paranormales.

Lo que provocó que fuera clausurada totalmente por los dueños y el gobierno del municipio; afortunadamente para todos los curiosos, ya podrán entrar al sitio sin ningún problema.

Pues toda la vivienda fue rescatada para transformarse en un restaurante temático, alusivo tanto a la década de 1930, como al trágico evento que ahí sucedió.

¿Cómo será el restaurante de La Casa de Aramberri?

Ubicado en el número 1026 oriente de la calle de Aramberri, este restaurante mantendrá toda la estructura original de La Casa de Aramberri.

Si bien se remodelaran algunas partes de La Casa de Aramberri, de acuerdo a los lineamientos de Protección Civil, se respetará todo el mobiliario y elementos que están en el lugar desde 1933.

El restaurante como tal estará en el patio de la casa, mientras que el resto de la vivienda servirá como un museo de cómo era la vida a inicios del siglo pasado, así como en la memoria de la gente que murió en el lugar.

Los visitantes se podrán tomar fotos y entrar a todas las habitaciones de la casa, aunque piden que se respete el lugar; que no se dañen lo muebles, pisos y paredes, y no se lleven nada como recuerdo.

¿Qué pasó en La Casa de Aramberri?

En 1933, La Casa de Aramberri vivió el evento por el que es reconocida, cuando el dueño del inmueble, Delfino Montemayor, encontró muertas a su esposa e hija al regresar del trabajo.

Las mujeres habían sido asesinadas en lo que se señaló, había sido un robo, pues se sustrajo un botín de alrededor de 4 mil pesos de la época.

El crimen de La Casa de Aramberri se resolvió supuestamente, gracias a la ayuda de la mascota de la casa, un perico que repetía la frase “No me mates Gabriel”.

Así se dio con Gabriel Montemayor, y sus hijos, Fernando y Heliodoro; familiares de Delfino Montemayor.

Cuenta la leyenda que aún al día de hoy se pueden escuchar los lametos de las dos mujeres asesinadas dentro de la casa.

Con información de Info7.

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