Mujeres, el reto de este sexenio

Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia del país, el tema de las mujeres se vuelve preponderante. Hay que decirlo fuerte y claro, a lo largo de la historia las mujeres hemos ido conquistando los espacios de la vida pública, generalmente reservados exclusivamente a los hombres.

Sin embargo, yo quiero aprovechar y resaltar que durante las nuevas mañaneras, un día de dedicará a las mujeres en la historia. Esto es de suma importancia por la memoria histórica, pues para saber hacía dónde vamos, debemos saber de dónde venimos.

Hace unos días compartí en mis redes sociales un posteo referente a la importancia de que las más mujeres se acercasen a la aviación, una industria predominantemente masculina; solamente en el gremio de sobrecargos es donde abundan las mujeres.

En el resto de las profesiones, la mayoría siguen siendo hombres; y pongo de ejemplo en la presente revisión de contrato de los pilotos de Aeroméxico, tan sólo el tres por ciento de estos trabajadores son mujeres.

Esto se debe a distintos factores, el primero es la idea de que una mujer es incapaz de realizar la labor de un hombre, ¡en pleno siglo XXI continúan las prácticas machistas! Sí, así como lo leen, hoy todavía hay gente que cuando descubre que el piloto del avión es mujer, de plano se baja del vuelo.

Y no estoy “exagerando”, uno de los tantos eventos que han sucedido quedó registrado por el diario español El País, y sucedió en julio de 2016, cuando siete pasajeros del vuelo 909 de American Airlines que volaba de Miami a Buenos Aires, retrasaron el vuelo; se percataron que los pilotos de la aeronave eran mujeres, y tomaron la determinación de bajarse del avión, con todo lo que esto conlleva, provocando una demora de hora y media.

En una entrevista realizada por un medio español a trabajadoras de Iberia, la aerolínea bandera de aquel país, señalaron que tienen como meta de que para el año 2025 -ya en unos pocos meses-, el 40% de los cargos directivos estén en manos de mujeres.

Comparemos, si en Iberia el 6% de la planta de pilotos son mujeres, aquí en México, en el caso de la aerolínea del caballero águila solamente son el 3%, ¿qué ha hecho la aerolínea española?, pues ha realizado campañas muy positivas, en las que niñas de edades entre los 12 y los 18 años, puedan visitar sus hangares y aviones.

Con esto pretenden que las menores de edad vean que pilotear una aeronave no es trabajo exclusivo de los hombres, tampoco ser mecánicas de aviación u oficiales de operaciones, pues que el trabajo aeronáutico no es solamente el de tripulación de cabina, o en el mostrador, como agente de tráfico.

Es importante impulsar a las mujeres, quienes muchas veces renuncian a sus sueños al ser incompatible el trabajo con la maternidad. Por lo que es una gran oportunidad para este nuevo gobierno, velar porque exista verdadera flexibilidad.

Sabemos que en el caso de la industria aeronáutica, por su propia naturaleza, es muy complicado conciliar los temas materno-paterno laborales, sin embargo es un aliciente haber escuchado en voz de la primera mandataria que “sí va” el tema de las 40 horas semanales, y por supuesto las aerolíneas del país no pueden verse excluidas de este tema.

Es de capital relevancia lograr un balance entre el trabajo y el ocio. Regreso al tema de la revisión de contrato de los pilotos de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), que prestan sus servicios para Aeroméxico; el gran reto está en el tema de la conciliación laboral y los cuidados a terceros.

Sabemos que el tema de la remuneración es importante, pero también lo es el lograr establecer nuevas políticas que permitan que las mujeres vean el cargo de piloto aviador como algo atractivo. No es un secreto, ni nada parecido, pero pronto tendremos un déficit de pilotos.

Si le sumamos que además es un trabajo que no tiene la flexibilidad necesaria para desarrollarte en la parte personal, estamos generando un círculo vicioso; insisto, no es un secreto para nadie, pero pronto se tendrá un grave problema ante el déficit de pilotos aviadores.

Para poder generarlos y no tener dicho déficit, será importante impulsar entre otras cosas la inclusión de más mujeres, y esto solamente se logrará cuando el tema de conciliación laboral sea una realidad, en el sentido de que ellas puedan como mujeres desarrollarse plenamente, tanto en el ámbito profesional como en el personal.

Lo he dicho varias veces, muchas mujeres hemos renunciado a la parte profesional, en aras de no descuidar la parte personal; por eso es urgente este tema de la conciliación, que al final se traduce en un equilibrio saludable, económico y emocional, que a la postre beneficia al trabajador, a su familia, y por supuesto a las aerolíneas.

Cuando fue la bajada de Mexicana (2010) “a contrario sensu”, muchas de nosotras decidimos quedarnos en casa a cuidar de nuestra descendencia, en lugar de correr a tener trabajo otra vez de tripulante, porque sabíamos perfectamente el costo que tiene el volar.

Por eso, más allá de la remuneración monetaria, está la remuneración del tiempo, ese que vale oro y que por más que se intente no regresa; lo más valioso que le das a una aerolínea es tu tiempo, y ese pasa literalmente volando. Un día tenías un bebé y al día siguiente el crío parte para la universidad, en un abrir y cerrar de ojos.

Las mujeres, necesitan ser dotadas del espacio para la crianza afectiva de sus hijos, y puedan desarrollarse de manera plena profesionalmente, sin verse en la disyuntiva de trabajar o criar.

Necesitamos, todos y no solo las mujeres, que las apoyemos a ingresar a cargos que históricamente se han considerado por algunos trasnochados como “para hombres”; los ejemplos en la aviación son los puestos de pilotos aviadores, mecánicos, ingenieros, oficiales de operaciones, controladores aéreos, etcétera.

Gran reto para este sexenio el tema de las mujeres, más porque hoy una mujer es quien lleva las riendas del país. Confío en que como sociedad logremos apoyar a los distintos sectores, y se impulse a las nuevas generaciones a explorar “nuevos horizontes”, sin prejuicios, sin señalamientos, sin descalificaciones.

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