El hito de la reforma al poder judicial

Después de varios días —por fin— el proyecto de reforma al poder judicial se discute en el Senado de la República. Cabe señalar que, para ello, hemos vivido un poco de todo. Hablamos de los espectáculos mediáticos que ha montado la oposición para intentar frenar la minuta, lo mismo que la protesta que movilizó Norma Piña al salón de sesiones. De igual forma, fieles a su estilo, la derecha sigue lamentando la flaqueza de su fracción parlamentaria que, al igual que en el Congreso federal, no han podido ni asomar las narices. En esas condiciones, de hecho, el poco aliento que les queda lo utilizan para mentir. El propio Alejando Moreno, que está decidido a perpetuar su poder a como dé lugar, ha sido notificado de la anulación de la reelección de su mandato como presidente del PRI. Desde luego, culpa injustificadamente a Morena de los propios errores que ha cometido con tal de extender la dirigencia nacional del tricolor.

Por su parte, los mismos panistas, que antes se reían de los atropellos que votaban en el legislativo federal, ahora se victimizan porque saben que la legalidad y la democracia por fin llegarán al poder judicial. Ellos, al igual que el PRI, fueron únicamente espectadores en la discusión del día de ayer. De hecho, sabíamos perfectamente a lo que iban al salón del pleno: descalificar, gritar e insultar. En la pasada legislatura —en varias ocasiones— vimos la misma pobreza argumentativa de acción nacional, sobre todo con su dirigente nacional, que no hace otra cosa más que tropezar con su incapacidad política. Se comprobó, en efecto, el bajo nivel de competitividad que mostró en las elecciones presidenciales, donde claramente fracasó.

En fin, la oposición no logró su cometido y, por ende, tendrán que tolerar los cambios constitucionales que se llevarán a la práctica. A pesar del clima sofocante que generó la oposición, las condiciones serán propicias para cumplir con el requisito o norma legislativa que se necesita para aprobar la minuta. Obviamente, la ausencia de un senador facilitará la mayoría calificada. En MC, por ejemplo, un senador se ausentó. De hecho, tuvieron que salir a justificar su inasistencia con falsas acusaciones que montaron para desviar la atención. Mientras ese tema salía a relucir, Miguel Ángel Yunes Linares tomaba protesta para otorgarle la mayoría calificada a la fracción parlamentaria del lopezobradorismo. Un duro golpe a los conservadores que, ante el estupor, lanzaron consignas altisonantes que, para el caso, solamente demostraban la impotencia de verse rebasados por el abrumador margen.

Podemos decir, a grandes rasgos, que Morena, o más bien su líder, lograron el objetivo y, de paso, consiguieron el voto tan ansiado que se necesita para reformar el marco constitucional. Este logro, hay que llamarlo así, hay que reconocerlo a Adán Augusto López Hernández, coordinador de los senadores. Así funcionan los parlamentos en el mundo; hay acuerdos y negociación al más alto nivel. Se llama, en pocas palabras, sagacidad para encontrar coincidencias entre las distintas fuerzas que integran el pleno. Seguramente eso requirió un trabajo quirúrgico en medio de un clima álgido.

En lo político, entonces, fue una operación muy atinada de parte de los coordinadores de ambas cámaras legislativas. De hecho, Morena, ante la invasión del pleno, citó a debatir el tema en Xicoténcatl, antigua sede del Senado de la República. Lo dijimos siempre: el proyecto está destinado al éxito con el empuje de la fracción parlamentaria de Morena. Inclusive, quedó de manifiesto el gran respaldo que, durante meses, el pueblo de México pronunció a favor de modificar la constitución.

Es, como han dicho los máximos referentes del movimiento lopezobradorista, el mandato popular. El pueblo de México, una vez más, se la jugó con la izquierda en la pasada elección del 2 de junio. Eso, por mucho, es un motivo poderoso para llevar a cabo los cambios inminentes que requiere la carta magna. En pocas palabras, es algo trascendental hacer ajustes a los 16 puntos que se pusieron sobre la mesa. Habrá, además de democracia, un poder judicial transparente, justo y respetuoso de la legalidad una vez que se oficialicen los ajustes en la Constitución.

Antes de cerrar los fragmentos de esta columna, por los tiempos, el tema en el Senado seguía candente. Seguramente se extenderá unas horas más en Xicoténcatl. Evidentemente, como anticipamos, el cálculo lo cuadró perfectamente el coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López Hernández. De igual manera, hay que reconocerle la sagacidad del presidente de la mesa directiva, Gerardo Fernández Noroña. Ambos, de hecho, mostraron un nivel muy elevado para conducir los trabajos en el pleno. Desde luego, el proyecto de reforma al poder judicial quedará aprobado en lo particular y en lo general en las próximas horas. Con esto, queda claro, inicia el denominado ‘Plan C’ que diseñó López Obrador.

Así lo anticipamos hace unos días en nuestra columna de opinión. Dijimos que, por prudencia, Morena tenía plenamente previsto todo tipo de escenario. La respuesta fue clara: acomodó las piezas del ajedrez para sacar adelante el asunto. Eso se llama, en cualquier parlamento, negociación y diálogo para encontrar acuerdos.

Notas finales

En política forma es fondo. Recordemos que, hace unas semanas, la senadora de Michoacán, Araceli Saucedo, visitó la oficina del gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla. Vale la pena recordar ese momento, pues ayer, desde el pleno, la legisladora lanzó un mensaje contundente de que apoyará el proyecto de reforma al poder judicial. Se notó la mano del mandatario Bedolla para encauzar el voto a favor de la causa de Morena, puesto que la narrativa, en una concepción unificada, habla de que las auténticas izquierdas se pueden cohesionar. Desde luego, Saucedo, con una determinación atinada, se puso del lado correcto de la historia. Hay que aplaudir el buen olfato del mandatario purépecha que, además de los buenos oficios, sabe tejer fino.

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