Lando Norris gana el Gran Premio de Holanda de F1 y acorta distancias con Max Verstappen

Lando Norris tuvo una mala salida, pero ganó el Gran Premio de Holanda en un paroxismo de alivio y redención. Y así, una lucha por el campeonato mundial que muchos habían relegado al basurero de la historia sigue viva y coleando.

El británico tenía una clara sensación de tener una oportunidad con este triunfo en territorio enemigo frente a una multitud de 105.000 espectadores, la gran mayoría de los cuales animaban a su propio héroe, la mayor estrella del deporte en Holanda, Max Verstappen.

El holandés terminó en segundo lugar y tiene 70 puntos de ventaja sobre Norris a falta de nueve carreras. Norris cambiaría su botín por el de Max, por supuesto, pero ya no cambiaría su McLaren por el Red Bull que hace solo unos meses era inexpugnable.

Todo el mérito es de McLaren por su mejora a pasos agigantados durante la temporada. Es un testimonio de la percepción del director ejecutivo Zak Brown al haber encontrado en el director del equipo, Andrea Stella, un ingeniero metódico para liderar su revolución técnica.

Este trabajo le permitió a Norris dejar de lado su lamentable comienzo que provocó vítores de los partidarios que ondeaban banderas en las gradas. Y fue un comienzo realmente terrible. Reaccionó tan rápido como Verstappen (0,28 segundos), pero lo fue como si estuviera parado en pegamento durante la segunda fase.

Norris no ha terminado la primera vuelta en cabeza en las cuatro ocasiones en las que ha comenzado desde la pole, incluido el domingo. Solo una vez ha salido de la primera curva en cabeza, y la excepción es una quisquillosa: la curva inicial en Sochi es una torcedura, y estaba detrás en la segunda curva.

Verstappen se aferró a él durante unos minutos, pero no convenció a nadie, incluido él mismo, de que podía pasar a su amigo. «No puedo ir más rápido», se quejó. «El coche no responde a mis órdenes».

Seis vueltas después de tomar la delantera, Norris tenía cuatro segundos de ventaja. Tres vueltas más tarde, cuando Verstappen se detuvo, el margen era de 6,3 segundos.

Y cuando Norris salió de su propio reinicio una vuelta más tarde, mantuvo una ventaja de 5,8 segundos. Luego se alejó, llegando a meta con más de 20 segundos de ventaja.

No fue una carrera para la historia, pero logró el truco de reavivar el resto de la temporada.

Nunca es fácil para un piloto o un equipo pasar por su primera experiencia de presión en el campeonato mundial. No se sabe cómo reaccionará nadie. La lucha favorece a los más curtidos, lo que en este caso significa Verstappen y Red Bull.

Pero el impulso se le está escapando a él y a ellos. Esta ha sido la quinta carrera consecutiva que no ha podido ganar, desde que se disputó en España hace dos meses y dos días. Es su racha más larga sin ganar en cuatro años, y pensar que ganó siete de las primeras diez carreras.

En cuanto a Norris, necesitaba este impulso. Debería haber ganado más a menudo desde que consiguió su primera victoria en Miami, 112 días antes. Errores tontos minaron su progreso en momentos cruciales. Así que, aunque afirmara que «no estaba desesperado» por ganar en Zandvoort, era difícil creer que no lo viera como lo que era: un fin de semana de vida o muerte.

Tuvo que hacerlo sin la ayuda de su compañero de equipo Oscar Piastri. El australiano, medio segundo por detrás en la clasificación, fue superado por el tercer puesto en la salida por George Russell de Mercedes, y terminó la ventosa tarde en cuarto lugar, con Charles Leclerc de Ferrari en el último de los puestos del podio. El Checho Perez quedo sexto.

Russell terminó séptimo y Lewis Hamilton octavo, no el mejor resultado para Mercedes.

En cuanto a su compatriota Norris, logró la vuelta más rápida, lo que le valió un punto extra, que podría marcar la diferencia en el análisis final.