Mejor que los rifen

Por más serio que parezca el debate (o monólogo) sobre la reforma al Poder Judicial, las ocurrencias como la elección de jueces a través del voto directo o la eliminación del requisito de experiencia mínima, la hacen parecer una mala broma.

 

Ya está claro que elegir a los jueces a través del voto secreto y directo de los mexicanos es imposible, no solo por su alto costo económico, sino por la imposibilidad de que cada ciudadano reciba 170 boletas, mínimo, para elegir a su juzgador de preferencia.

 

Multiplique el número de boletas por el número de mexicanos que participaron en la última elección federal (poco más de 61 millones) y se dará cuenta del despropósito del asunto.

 

Agregue a ello que ayer el Presidente de la República dijo que “se les había pasado’’ en la iniciativa de reforma eliminar el requisito de “5 años de experiencia’’ para ser juez o ministro.

 

Según López Obrador, no se requiere experiencia, pues los abogados egresan de las universidades “con mística’’ de servicio, misma que pierden con la experiencia que van adquiriendo conforme ejercen la profesión.

 

¿Usted se subiría a un avión pilotado por un estudiante que sacó solo 10 en el simulador, pero nunca se ha hecho cargo de un vuelo real? ¿O pondría su salud en manos de un médico recién egresado sin que hubiera tenido experiencia por lo menos en los consultorios de las farmacias?

 

Para puestos tan delicados de los que dependen vidas, literalmente, es requisito indispensable no solo tener conocimiento sino la experiencia que otorga la aplicación de lo aprendido.

 

Uno no es médico solo porque lee todo lo que puede de medicina y ni es ingeniero porque construye muros virtuales en su computadora.

 

La reforma propuesta por López Obrador es desde luego indispensable para un poder que se ha mantenido alejado de la población en general.

 

Pero no será con ocurrencias como se renueve o se “refresque’’, como dijo ayer Claudia Sheinbaum, sino con propuestas serias.

 

Lo siguiente será proponer que, ante la dificultad de elegir por voto a los jueces y magistrados, se rifen entre el pueblo bueno y sabio los puestos en el Poder Judicial.

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Si alguna vez hubo cercanía entre el sonorense Manlio Fabio Beltrones y Alejandro Moreno, presidente del PRI, esta terminó ayer.

 

Beltrones criticó la modificación estatutaria que permite la reelección del presidente y el (o la) secretaria general del tricolor y Moreno le respondió ayer.

 

A la pregunta de una reportera, Moreno declaró que el nombre del hoy senador “se encontraba en las actuaciones’’, es decir, en las investigaciones que se realizaron después del homicidio de Luis Donaldo Colosio.

 

El senador electo, hasta el cierre de este espacio, no había respondido públicamente a la declaración de Moreno.

 

Pero hubo un detalle que llamó la atención durante la conferencia que ofreció el dirigente tricolor ayer: junto a él posaba Manuel Añorve Baños, quien fue (¿es?) un beltronista de toda la vida.

 

Y no dijo nada que defendiera a su amigo.

 

¿Será que el sonorense rinda protesta como legislador tricolor aún?

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Acapulco es un desastre político, social, económico.

 

Y no es culpa de Otis, el puerto ya venía en decadencia desde hace años en los que los sucesivos gobernadores y presidentes municipales dejaron que la delincuencia organizada se adueñara del destino.

 

Ayer la presidenta municipal Abelina López Rodríguez dijo que la violencia “la rebasa’’ y responsabilizó a la fiscalía estatal de la situación.

 

Y eso que, desde noviembre pasado, Acapulco tiene 10,000 guardias nacionales para vigilancia.

 

¿Para qué?

 

          @adriantrejo

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