Europa: ¿Por qué el popular Mercedes Clase S se deprecia tan rápido de precio?
La Clase S comparte el destino de cualquier sedan de lujo. En Alemania, el 80 por ciento o más de los autos de la Clase S son adquiridos por empresas o empresarios que los utilizan como activo empresarial.
Por lo tanto, su precio de etiqueta es deducible de impuestos, así como los costos operativos. A cambio, se añade a los ingresos brutos del propietario una tarifa fija por el uso privado del carro, normalmente el 1% del precio de etiqueta.
Después de 5 años se deduce del impuesto el precio total del coche. Considerado como un activo imponible, el valor del automóvil después de 5 años es cero.
El propietario puede seguir usando el automóvil y deducir el costo operativo, pero seguirá pagando la prima completa en su impuesto sobre la renta.
Así, un coche de cinco años de antigüedad es tan caro como uno nuevo, pero no se puede deducir el precio de compra de los impuestos.
Si un hombre de negocios decide comprar un automóvil usado, sólo puede deducir el precio que pagó por el automóvil usado, pero su prima fiscal se basa en el precio nuevo.
Por lo tanto, resulta poco atractivo conservar un coche de empresa durante mucho más tiempo que cinco años. Y resulta bastante poco atractivo comprar un coche usado como vehículo de empresa.
Si una empresa vende un auto, tiene que dar garantía a un comprador privado.
A un abogado o dentista no le gusta ser responsable de un coche que vende a otros, por lo que los coches de empresa rara vez se venden a compradores privados, sino que normalmente se venden a concesionarios, que pagan menos que los concesionarios privados.
Estos concesionarios ya no pueden vender los coches de la empresa a las empresas, porque las empresas no compran coches usados.
El problema es que un Clase S no sólo es caro de comprar, sino también de mantener, por lo que vender un coche de este tipo a un trabajador por cuenta ajena es bastante difícil.
Todos estos factores reducen el valor de reventa de un coche de lujo como la Clase S. Una forma de deshacerse de ellos es exportarlos fuera de la UE. Y ahí es donde recaen al llamado «Grey Market» de América.
