Sí a la reforma del poder judicial

El tema principal —después del triunfo contundente de Morena— es la iniciativa de reforma al poder judicial. Esa propuesta, de una larga lista que llegará al legislativo federal, ha puesto el acento para debatir y analizar su viabilidad. Como sabemos, no se tiene previsto llamar a sesión extraordinaria para poder someter el punto ante el pleno. Será hasta el próximo ejercicio cuando se pongan sobre la mesa, tanto para estudiarla, como para avalar con la mayoría calificada con la que cuenta Morena en este momento. Estamos, se puede decir, en la fase previa para ir desahogando el trasfondo del proyecto que circula ante la opinión pública.

Como sabemos, hay avances importantes en las comisiones correspondientes del legislativo. A su vez, queda claro, Ricardo Monreal, Adán Augusto y Arturo Zaldívar, están operando el rubro para preparar las condiciones. Siendo así, Morena tendrá una gran ventaja a sabiendas de que el tema fluye por distintos canales y mecanismos de comunicación. Entonces, será la nueva legislativa, con un tramo de avance importante, quien tenga la tarea de concretar un paquete de cinco iniciativas, cuya prioridad ha insistido la propia Claudia Sheinbaum.

El propósito, sabemos, es avanzar la ruta que ha propuesto la propia presidenta electa. Estos días, de hecho, se establecerá un esquema tanto en la capital del país, como en estados de la república. El fin, queda claro, analizar el tema en foros de participación, especialmente con aquellos ambientes que tienen una relación inherente al poder judicial. De forma paralela, se pondrá en marcha un estudio para preguntarle a la ciudadanía si está de acuerdo con el proyecto de modificación al marco constitucional. Aquí, de hecho, hay un preámbulo muy importante que será fundamental para tener el respaldo de la inmensa mayoría. Los que votamos por Morena y la continuidad del proceso de transformación, sabíamos perfectamente las propuestas que destacaron durante los recorridos territoriales. En relación con ello, la misma Sheinbaum, en reiteradas ocasiones, habló de la importancia de dar un giro al poder judicial, con lo cual coincidimos totalmente.

Desde ese enfoque, es obvio que los 36 millones de votos que obtuvo Claudia Sheinbaum tiene el respaldo para fortalecer la democratización del país. A lo que voy es que, en este mecanismo que aplicarán, las repercusiones serán positivas, especialmente para erradicar las excentricidades del poder judicial. Los votantes, en su gran mayoría, coincidimos en que se elimine el espiral de privilegios con los que cuentan los magistrados. Y no solamente eso, sino también queremos una impartición de justicia más equitativa. Por ningún motivo, queda claro, se justifica el abuso de la toma de decisiones y la intromisión a otros poderes de la nación, así como la abundancia con la que cuentan para gastos.

Hablamos de sueldos excesivos, aguinaldos exorbitantes y primas vacacionales que son equivalentes a una inmensa cantidad de dinero. Eso habla del dispendio de recursos a mansalva, y es solo la punta del iceberg que nos ha hecho reflexionar y, desde luego, apoyar el proyecto de modificación al marco constitucional. La democratización que propone la iniciativa, de hecho, abre el abanico en aras de fortalecer esa equidad y justicia tan necesarias, acabando con los vicios y los sesgos políticos que muchos ministros de la corte usan y que, en definitiva, hemos calificado como corrupción.

Por eso y por muchas cosas, 36 millones de votantes, que tomamos decisiones en las urnas, estoy completamente seguro que avalan el proyecto de modificación al poder judicial. El propio Ricardo Monreal, y algunos otros actores, han dicho la gran responsabilidad que han dado los ciudadanos el pasado dos de junio. Recordemos que, durante este sexenio, la misma oposición trató de frenar las iniciativas. No tuvieron éxito, pues en la Cámara de Senadores, con el zacatecano como su principal protagonista y en su máximo apogeo en calidad de líder, hicieron posible la aprobación de una larga lista de leyes y reformas constitucionales. Con ello, se comprobó que la ciudadanía siempre estuvo de acuerdo con esos cambios. Así lo podemos entender con el respaldo que puso sobre las urnas hace unas semanas. Hay, queda claro, una identidad con las causas justas y, de paso, una irritación con las excentricidades con lo que se favorecen los ministros de la corte.

Es de vital importancia que los cambios se produzcan desde adentro. Al igual, que se ponga un alto a los abundantes gastos que tienen los ministros de la corte. Por ese motivo, la sociedad se ha ido expresando en distintos espacios de comunicación. Desde mi punto de vista, no veo ningún contratiempo a una iniciativa que es, ni más ni menos, un tema fundamental para fortalecer la democratización del país, lo mismo que el equilibrio entre poderes. De hecho, Morena hará valer su condición de mayoría calificada, no sin antes abrir el abanico a la participación de académicos, abogados y toda aquella institución que tenga alguna relación inherente.

Lo que sigue en los próximos días es un intenso debate en varios estados. Una vez que estos finalicen, los futuros coordinadores del legislativo tendrán bajo su encomienda guiar los trabajos para que la iniciativa se apruebe. Hay garantía para que eso suceda, pues Ricardo Monreal y Adán Augusto, se enfocan en operar el tema al más alto nivel político. Siendo así, el punto está en muy buenas manos, sobre todo por la madurez y la experiencia de un hombre como Monreal. Él, de hecho, dijo a través de sus redes sociales que son 16 artículos de la constitución los que se plantean reformar, desde la elección democrática a los ministros de la corte, magistrados y jueces de distrito, así como la eliminación de la pensión vitalicia y la reducción de 11 a 9 ministros, entre otro de suma importancia. Así será.

Sí a la reforma del poder judicial.

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