Oda al padre, al hermano y a los hijos

IRREVERENTE

Les platico:

Sobran versos a la madre

los decimos noche y día

no tan tersos para el padre

somos de memoria fría.

Cuando está, no procuramos

por distancia o apatía

en sus brazos refugiarnos

nuestro amor así porfía.

Hoy del mío les platico

y un hermano se aparece

con cariño les dedico

mi recuerdo que florece:

Los extraño como nunca

no hace mucho ahí estuvieron

la esperanza sí caduca

y a la vida no volvieron.

Hoy quisiera retenerlos

es muy tarde para eso

en mi corazón meterlos

ni con eso salgo ileso.

A volar, mi padre un día

me animó siendo muy niño

yo pedía, no podía

y un amigo le hizo un guiño:

“Van, se suben sigilosos

no le sueltes los timones

son sus años peligrosos

esas son mis condiciones”.

Más se vuela a ras del suelo

con las metas cotidianas

antes de subir al cielo

hay que abrir muchas ventanas.

Ve y traspasa las fronteras

arma puentes no murallas

para ti no habrá barreras

escogiendo tus batallas.

“Apasiónate”, decía

emociones te dan vida

dale a eso primacía

es tu punto de partida.

Se murió queriendo verme

preguntaba y yo no iba

ya no está, por siempre duerme

son los gajes de la vida.

De mi hermano es otra historia

fue el más chico de la casa

era un sabio, es mi memoria

su enseñanza me rebasa.

Fue muy corta su existencia

lloro solo recordarlo

en mi mano su presencia

se quedó hasta amortajarlo.

Si mis hijos hoy se acuerdan

de su padre, ¡qué alegría!

mi presencia nunca pierdan

esa es mi alegoría.

Cajón de sastre:

¡Feliz Día del Padre! y que pasen todos un plácido domingo.

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