¿La frialdad de López Obrador es contagiosa?

Yo sé que a veces las personas recurren a crearse un caparazón para no salir lastimadas en la vida.  Volverse duros y casi impenetrables en su alma, se convirtió en su refugio y  en su forma de sobrevivir.

Quizá porque de niños fueron muy duros sus padres con ellos, quizá la vida misma les ha enseñado que ser duro es cosa de ser valientes y que mostrar sus sentimientos los hace frágiles y vulnerables ante los demás.

Pero creo que a un candidata o candidato para la Presidencia no le viene bien mostrarse tan fuerte y  tan duro e insensible  ante casos cargados de tristeza, tragedia, pérdidas humanas y muerte.

Sin embargo, pareciera que el ingrediente esencial para los candidatos que hoy luchan por ser presidente o presidentas de México es justamente ese: volverse duros, incuestionables, insensibles.

La forma en que el presidente de México ha ocupado para enfrentar las tragedias que han sucedido en México son infinitamente frías y en psicología le llamaríamos con un extenso “aplanamiento afectivo” es decir, nada conmueve, nada sucede en sus emociones, nada los sacude.

La reacción de AMLO ante la tragedia/accidente/negligencia del mitin político en Nuevo León donde sabemos se vino abajo todo un escenario y donde hubieron personas muertas y varias más lesionadas  pues pareció no haberle importado ni preocupado  al presidente.

Andaba más angustiado porque se le culpara a él de lo sucedido e incluso defendió al partido que lo organizó, que fue Movimiento Ciudadano, de que ellos no habían tenido culpa.

Ya no se diga cuando en la misma mañanera se le cuestionó acerca de el asesinato de un menor en Paraíso, Tabasco, su lugar de origen, por cierto.

Dijo que era muy lamentable, como siempre lo dice, sin que en su voz haya un solo rastro de preocupación ni congoja, para después soltar una bomba diciendo: “Es que luego me quieren atacar a mí con esas cosas”.

Caray, estamos hablando de la muerte de un niño, de un asesinato de un niño.

Se le preguntó a Claudia Sheinbaum también del tema y pues totalmente inexpresiva dijo “que las autoridades resuelvan”… Lo de siempre.

¿Que si me gustaría verlos conmovidos, llorando, afligidos? La verdad sí. Estoy harta de rodearme en la vida de gente dura y casi insensible.

Será por eso que me esmero en hacerle saber a la gente que me rodea que la quiero.

Ayer, les comparto, un sobrino mío al que quiero muchísimo, me mandó un mensaje de audio diciéndome que se iba a suicidar y que se despedía de mí.

Si ese audio se lo hubiera mandado a López Obrador o a Claudia Sheinbaum ¿qué le hubieran contestado? ¿Se hubiera sentido amado, acompañado, escuchado?

Afortunadamente pude platicar con mi sobrino toda la tarde para poder calmarlo y escucharlo. Al final lo que él necesitaba era sentirse amado e importante para alguien. Actualmente está estable.

No es que yo haya hecho maravillas ni milagros ni tenga súper poderes, solo fui empática y le demostré que lo quería.

Y eso me llevó a pensar en por qué tienen que ser tan fríos los candidatos.

Jorge Álvarez Máynez sentado ahí en un sillón desparajadamente, casi acostado y sin un gramo de tristeza, dijo en un video que le había dolido mucho la tragedia del mitin en San Pedro… Y ya.

¿No podría haber demostrado un poquito más de humanidad?

En torno a Xóchitl Gálvez me parece le es más fácil expresar su calidez y su compasión. O será que en ese concepto la tengo pues hace años me apoyó para comprarle colchones nuevos a una familia de escasos recursos quienes tenían plaga de chinches por toda su casa y había un menor con cáncer terminal.

Ese gesto humanitario de Xóchitl hizo que el concepto que tengo de ella se encuentre como el de que es una mujer con una gran sensibilidad. Esto que les cuento pasó en el 2018, muy lejana fecha como para que Xóchitl hubiera intentado hacer esta acción altruista por un mero tema electoral y politiquero.

Ya me cansa y me desgasta que nuestros políticos solo sirvan para sonreírle a la cámara y hablar maravillas de ellos.

Me molesta que nunca hablen del amor y de el amor hacia otras personas.

No estoy hablando del “amor al pueblo” esa es una graaaan mentira.

No hay amor al pueblo cuando lo único que quieren es llenar sus arcas y pasar por encima de otros para ganar.

Me urge rodearme de gente que sí quiera hablar de amor, que sí sienta compasión por otros, solidaridad por otros, empatía y cercanía con otros.

Ya “chole” diría el Presidente con sus: “Pongan su denuncia, solo me quieren perjudicar a mi, son hechos aislados, el PAN fue más malo”, etc.

No voy a obligar yo lo sé a nadie a cambiar si no quieren cambiar. Al menos empiezo por mí y yo te invito que empieces por ti.

Para cambiar el rumbo de este país pero de a de veras, no con porras para ningún candidato ni lamerle las botas a nadie para obtener algo a cambio.

De humanismo muchos de los políticos que tenemos actualmente no han entendido nada.

No es necesario entender.

Es necesario sentir.

Es cuanto.

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