Xóchitl Gálvez, o el arte de revolcarse en el lodazal

El tercer debate presidencial, llevado a cabo este domingo, fue el cenit de la pésima candidatura presidencial de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.

Si bien, cómo señalé en mis columnas en este portal, en el segundo debate la aspirante del PRIANRD a la presidencia había tocado fondo, en este (afortunadamente) último debate, la candidata de las derechas optó por revolcarse en un lodazal.

El ataque a la creencias religiosas de Claudia Sheinbaum, acusándola de no creer en dios y de usar una prenda con la virgen de Guadalupe no solo la mete en problemas con millones de mexicanos que no practicamos una religión o tenemos creencias diversas, sino que tiene incluso tintes judeofóbicos.

El resto de sus ataques, incluyendo llevar al foro un libro con fuentes dudosas, rompiendo las reglas previamente acordadas del debate, volver a usar sus carteles con dibujos obscenos y hacer referencias a la vida familiar de su principal adversaria, simplemente la pintan de cuerpo entero.

La tercera y quizás última “marcha rosa” fue un fracaso. El fin de su careta “ciudadana” inhibió la asistencia a la aglomeración, misma que puede interpretarse como el cierre de campaña temprano de la candidatura de Xóchitl Gálvez.

En las menos de dos semanas de campaña que aún restan, Xóchitl mantendrá el rumbo y seguirá revolcándose en el lodazal. Y la noche del próximo 2 de junio, se irá directo al basurero de la historia, si no es que a juicio por tráfico de influencias. Así será.

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