El alcoholismo y el infierno

Una vez más se toca el tema de la ingesta de alcohol en el hijo de Xóchitl Gálvez, publicado y evidenciado el día de ayer por el influencer, Jorge Roberto Avilés Vázquez, mejor conocido como Callo de Hacha.

En el video se le ve a Juan Pablo Sánchez Gálvez en estado etílico teniendo una discusión con policías capitalinos.

Callo de Hacha en un estado lleno de euforia y sumamente sobrado y soberbio aseguró que ese video cambiaría el rumbo de las elecciones.

En realidad es que nada pasó con su video que lo llevaría a la cima del éxito y de la gloria. Nada pasó y nada pasará.

Al contrario, Beatriz Gutiérrez Müller le solicitó que bajara ese video pues con los hijos de los candidatos no debería de ser el golpeteo político porque son sus vidas privadas.

Beatriz tiene absolutamente toda la razón. Lástima que me tiene bloqueada porque en verdad le aplaudiría personalmente su postura.

Finalmente, ella tiene a un hijo adolescente que sabe que por su edad se vuelven ciertamente vulnerables y frágiles ante todo, muy expuestos pues. La bajeza de meterse en la vida privada de los hijos de los candidatos es eso: una gran bajeza.

Pero Callo de Hacha se mantuvo en su dicho, dijo que había que condenar el hecho.

Yo pienso y sostengo que no es lo mismo que se evidencien videos donde algunos hijos hagan uso y abuso ilegal de los recursos del erario para hacer negocios propios  y tener vida de reyes, a lanzar un video en donde claramente se le ve a un joven luchando contra el demonio llamado alcohol. Ese es un tema privado.

Y de cierta manera me alegra que Callo de Hacha lo haya publicado pues pone sobre la mesa el tema del alcoholismo.

Honro y honraré a mi madre siempre pero ella padeció toda su vida de alcoholismo.

El alcoholismo es una enfermedad (sería bueno que alguien sensibilizara a Callo de Hacha acerca de ello).

Mi madre la padeció. Era dolorosísimo verla todos los días mal. Siendo yo una niña no comprendía lo que le pasaba. Mi mente interpretaba que mi mamá se “enfermaba” cuando en realidad  es que estaba borracha.

Se ponía muy agresiva y casi no podía hablar. Tuvo múltiples caídas que le llevaron a romperse todos los huesos imaginables de su cuerpo.

Su enfermedad nos enfermó a todos en casa. A mí, a mi hermana y a mi padre. Pero yo sabía que mi madre quería salir de aquel infierno y no podía. Por supuesto que hablar del alcoholismo propio o de algún familiar siempre genera mucha vergüenza.

Yo también tuve que luchar contra ese demonio muchos años de mi vida.

Pero hoy me libero y gracias a Callo de Hacha, puedo expresarme y hablar de esto.

No estoy sugiriendo que el hijo de Xóchitl sea alcohólico porque ni lo conozco y no sé qué es lo pasa por su mente y alma, pero sí estoy segura que el alcohol lo atrapa con facilidad y lo transforma. Mi madre se transformaba de igual manera. Era imposible que ella pudiera decirle “no” al alcohol.

El alcohol genera un dolor y una soledad honda y muy profunda. Al final te quedas sin amigos y sin seres queridos.

Nadie quiere acompañarte en tus momentos más obscuros y de mayor embriaguez.

Y te preguntas una y otra vez en qué momento caíste, y te preguntas cómo podrás salir. Y es un círculo que se cierra y se vuelve a repetir. Pero no se sale de él.

Hoy en día el consumo de alcohol en jóvenes  en México es cada día más intenso y lo ingieren  cada vez mas chicos en etapas muy tempranas.

Incluso hay retos en TikTok donde se graban las personas tomándose una copa, dos copas, tres copas hasta acabar en la intoxicación etílica. Estos videos son del agrado de los jóvenes y recibe  cientos de likes.

Creen que poniéndose borrachos son más chistosos, tienen más poder y son más atractivos.

Es un infierno del que no se puede salir siempre tan fácilmente. Se requiere de un profundo análisis interno, de grupos de apoyo, de voluntad.

Porque sí, las personas que tienen problemas con el alcohol son personas que están rotas por dentro y necesitan anestesiar su dolor.

El tema es que hablar de alcoholismo es como un tabú vergonzoso del que no se debe de hablar.

Pero hay muchas otras adicciones o “escapes” emocionales que son mejor vistos por la sociedad, por ejemplo la adiccion al trabajo: “Wow, qué trabajador es, es muy chambeador, no para ni los fines de semana”

La adicción  a la comida: “Míralo, que buen diente tiene, come muy bien, está gordito , está muy sano”.

La adicción al ejercicio: “El es súper disciplinado, un gran atleta, no deja de ir al gimnasio, hace pesas, nada, corre, todos los días durante horas, es espectacular, es admirable”.

La adicción al alcohol: “Pobrecito, míralo, está perdido, da vergüenza, se ve muy mal, qué ridículo hizo, peleonero, se puso a llorar, se pone insoportable… ni quién lo aguante, se pone borracho muy rápido”

Ahí está el estigma.

Gracias Callo por poner el tema sobre la mesa.

Mi madre murió sin saber qué se sentía no depender del alcohol para vivir. Su vida quedó hecha trizas y la admiro y le aplaudo porque no obstante, siempre lo intentó, siempre lucho por mantenerse en control aunque no lo haya logrado. Fue grandiosa y lo seguirá siendo para mí.

Y hoy le encuentro sentido al dolor que me ha generado el tema del alcohol para poder hacer algo con él y es poder hablar y escribir de esto.

Así que Callo, esto va para ti:

Ojalá puedas y quieras  recibir cursos de sensibilización con respecto al tema del alcohol.

Ya que tienes cientos de seguidores y crees que tienes la última palabra en todo, ojalá pudieras hablar de este tema para poder ayudar a tantos y tantos jóvenes que hoy en día ya consumen alcohol.

Haz un algo bueno de tu vida . Haz algo bueno con tus redes.

Querer perjudicar a alguien más con este tema nomas no te salió. Debes de sentirte frustrado.

Prueba a hacer el bien. Quizá te vaya mejor y te de paz.

Es cuanto.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *