Examen psicométrico para los candidatos a la Presidencia

Como psicóloga de profesión que soy, la importancia de los exámenes y de las pruebas psicológicas en cualquier persona que pretenda trabajar en alguna empresa son indispensables.

En todos los trabajos que he tenido me han sido aplicados sí o sí para saber si me dan el puesto o no.

Los exámenes psicométricos son test’s que miden de manera tipificada y objetiva ciertos rasgos de personalidad, se miden actitudes y formas de responder ante determinadas situaciones y su estilo de trabajo, sus reacciones afectivas y emotivas y si se encuentra en un proceso de depresión, de neurosis o se evidencias rasgos narcisistas muy marcados o transitorios bipolares.

Como les comentaba, estas pruebas siempre se aplican en los trabajos pero incluso también para entrar a estudiar a la universidad.

Desgraciadamente, la psicología ni el tema de la salud mental son rubros que le importen mucho a los candidatos.

Van dos debates en los que ninguno de los tres contendientes  (Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez) han hablado ni han tocado el tema por un segundo.

Pero hemos visto durante estos seis años de gestión del presidente de México que algunos rasgos de personalidad le han llevado a decir mentiras, a enredarse en sus propias justificaciones y a utilizar el espacio de las mañaneras como su propio diván personal.

Pero no estoy diciendo que el tema de la salud mental solo debamos dirigirlo hacia el presidente.

El INE ya debería de haber puesto un filtro de pruebas o baterías psicológicas para que sean aplicadas por los candidatos.

Ya debería de ser un requisito indispensable el tener resueltas estas pruebas y por ende conocer sus resultados.

Pero el INE que siempre sí se tocó no va a tocar el tema de la salud mental en los candidatos.

No, porque corre el riesgo de que los tres arrojen resultados inesperados o indeseables.

Pero yo diría que además de aplicar esas pruebas, se les debería de dar un acompañamiento psicológico y emocional a los candidatos.

Porque a veces pienso: Ya traen el desgaste físico de ir de un lado a otro todos los días desde hace meses y meses, Claudia en particular tiene la presión de tener encima de ella al presidente diciéndole qué debe decir o hacer. Xóchitl trae la presión de un Alito y Marko también rondándolo todo el tiempo y Máynez debe de estar manejando su autoestima que debe de andar un poco baja porque pues lo único que ha alcanzado a lograr es que la gente tararee su jingle (tema musical cantado o canción breve con fines publicitarios) y pues nada más.

En este año electoral hemos visto a cada ciudadano debatiendo de una forma que pienso que no es normal. Se ha dicho incluso que algunos de ellos se han atrevido a ir a los debates en estado etílico, y por ejemplo los debates de los candidatos para San Pedro en Nuevo León han sido una gozadera, llenos de momentos chuscos y sorprendentes.

Y sí, es que la política siempre ha tenido el ingrediente del sentido del humor, eso es innegable, pero ya para realmente querer gobernar, los candidatos primero tienen que aprender a autogobernarse. Y creo que no todos lo logran.

Terminan por estallar ante los cuestionamientos de la prensa cuando se sienten acorralados. Y ahora están evitando caer en entrevistas donde los cuestionen e incomoden  y  están mandando a sus “representantes” como Citlalli Hernández (por parte de Claudia Sheinbaum) o Kenia López  (por parte de Xóchitl Gálvez) como para evitar tener que dar la cara ellas. Muy mal.

No me parece interesante verlas a ellas debatiendo, no son por ellas por las que voy a votar, pero en fin, estrategias son estrategias y ésta es una de ellas.

También, claro, ellas deberían de someterse a pruebas psicométricas para ver cómo se encuentran en su salud mental.

Evidentemente que si nos aplicaran a todos los mexicanos una batería de pruebas psicológicas por supuesto saldríamos con rasgos depresivos y neuróticos. Nadie se libra de tener una salud mental totalmente pura y estable.

Pero el tema es qué hacen y cómo le van a hacer  los candidatos para enfrentarse al mundo como líderes de una nación.

Y es que la verdad los mexicanos ya estamos aburridos y hartos de berrinches, manoteos, golpes al atril, casi casi gritos y comentarios cargados de veneno, intriga y resentimiento.

Una señora de la tercera edad que es  ultra obradorista me dijo que el resentimiento y el rencor generan el cáncer en las personas. Y no hablábamos en ese momento de López Obrador.

Me dieron ganas de decirle que el presidente es un ser humano con tantas heridas emocionales que esas heridas se le habían vuelto una carga de resentimiento que ni siquiera con estos 6 años en el poder ha podido subsanar. Ojalá algún día encuentre esa paz que tanto anhela y que Palacio Nacional no se la dio.

En fin, que ojalá para un posible tercer debate (creo yo ya no es necesario pero parece que lo habrá) hablen de la salud mental de todas y de todos los mexicanos, y la salud mental de ellos mismos.

No podemos saltarnos este tema y hacer como que no es de interés.

Incluso, pienso que aquel candidato que tenga el valor de hablar de la salud mental como tema de su agenda será de gran ejemplo para todas aquellas personas que siguen viviendo en la ignorancia y que creen que ir con el psicólogo o psicóloga es porque están mal de su cabeza y están locos.

Todos, absolutamente todos necesitamos revisar esa área en nuestras vidas.

Ojalá fuera elemental y obligatorio para todos.

Pero quizá sigo soñando.

Es cuanto.

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