‘El Señor de la Guerra’
La estructura de poder de Estados Unidos -la Casa Blanca y el Capitolio- tomó la decisión de apostarle al sobrecalentamiento bélico del planeta con fondos especiales del presidente Biden para Ucrania, Israel y Taiwán, tres zonas de guerra que están acercando al planeta a conflagraciones nucleares.
Después de la derrota histórica de la Unión Soviética en 1989, y el desmoronamiento del bloque comunista en Europa del Este, el mundo se enfrentó a la opción de abandonar los caminos de la guerra y entrarle a una confrontación de desarrollo económico, sobre todo porque en ese momento las amenazas árabes, chinas y coreanas carecían de influencia geopolítica.
El mensaje que está dejando la actual fase de crisis económica y guerras regionales es la articulación de un capitalismo bélico, por lo que la demanda productiva de armas y municiones se convierte en el gran detonador de la producción, relegando lo que debiera ser el motor de la actividad económica mundial: la demanda de bienes y servicios de las personas.
Ante la reconsolidación de Rusia y China y el activismo antiestadounidense de Corea del Norte e Irán, la respuesta de Biden se ha centrado en el fortalecimiento de la maquinaria bélica, aunque con el indicio hoy de que Estados Unidos sólo en caso de última instancia desplegara partidas militares en otras partes del mundo, algo que pronto tendrá que reactivar ante el fracaso de las fuerzas militares de Ucrania para resistir la ofensiva rusa y la posibilidad de activismo bélico territorial de Corea del Norte e Irán.
El mensaje del presidente Biden es negativo: fortalecer la maquinaria de guerra de países en confrontaciones a balazos -Ucrania e Israel, hasta ahora- como una forma de escalar la inestabilidad regional que tendrá repercusiones negativas en el mundo, aunque con el efecto positivo de la economía bélica.
Los vientos de conflagración están azotando en el planeta y Biden se consolida como El Señor de la Guerra.
Zona Zero
Hasta ahora, los candidatos presidenciales no han podido hacer un diagnóstico crítico de la crisis de seguridad, ni tampoco han respondido a la preocupación social de que los candidatos estadounidenses Biden y Trump pueden tomar la decisión de enviar tropas a perseguir narcos a México, dándole más escobazos todavía al panal de los cárteles activos. Es preocupante que los candidatos no hayan tenido un pronunciamiento sobre el repunte en la percepción social de inseguridad.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh
