Ciudad de privilegios

Santiago Taboada es un hombre blanco, joven, de clase media. Goza del privilegio qué tenemos los hombres en este bendito patriarcado, es blanco de rasgos occidentales y es poco probable que por su color de piel haya sido discriminado, de clase media alta y, no hay registros de que tuviera que haber trabajado durante la adolescencia o en alguna temporada vacacional.

Es un hombre joven, inició muy temprano su carrera política, en una ciudad en la que los derechos políticos tuvieron que ser arrancados con movilizaciones, con represión, con un alto nivel de intolerancia de los regímenes priistas y priistas. Pero eso es algo qué no tuvo qué vivir Santiago Taboada, ese es otro de sus privilegios.

En el debate del fin de semana pareciera, que nada de esto importó, que sólo interesan las ideas y propuestas de gobierno. Sin embargo, más allá de lo dicho por la candidata y los candidatos, ahí se exhibieron dos visiones en las que las biografías; los hechos de vida y las trayectorias políticas personales y comunitarias, se traslucen a través de las palabras, el lenguaje corporal y la posición que frente al poder adoptaron quiénes debatieron.

Clara Brugada, como muchas mujeres, como casi todas las mujeres, tuvo qué remontar no sólo el régimen autoritario y misógino del priismo de los años ochenta y noventa, también la misoginia camuflada en la lucha de clases de quiénes ocupamos las dirigencias de los movimientos sociales.

Así qué, en la disputa por la ciudad, la gente bien, la qué ha vivido en la seguridad que le brindamos la periferia, tiene un excelente representante, los padres de nuestros alcaldes blancos privilegiados, los que se sienten con el derecho del amo sobre el esclavo cuando alguien les pretende clausurar un espacio ilegal -como en el caso del restaurante en la alcaldía Miguel Hidalgo-, también están representados.

Los qué nacimos, crecimos y recorrimos desde la periferia, la lucha por la democratización de la ciudad, los qué tuvimos qué combinar empleo de medio tiempo o estudios de medio tiempo para alcanzar alguna meta académica, los qué golpeamos y golpeamos el muro del régimen totalitario hasta que se debilitó en el año dos mil y, lo tiramos 18 años después, esas y esos los de Iztapalapa, Gustavo Madero o Cuajimalpa también tenemos una digna representante.

Creo que la ciudad no se ha aburguesado, hay un sector, un gran núcleo poblacional que se ha beneficiado del alto nivel democrático que hemos conseguido para esta ciudad, me parece que el capital ha inundado la conciencia, -la falsa conciencia diría Marx-, de ese sector qué conduce un Uber y asimismo no se considera taxista, los mismos qué tienen como modelo al tío Richie, que se desclasan con un salario de quince mil pesos, o que toman un late en Starbucks aunque sea su única comida del día.

Creo que se confunde el resentimiento social con las aspiraciones y el estatus social, y de estas confusiones de clase, de este grado de alienación informativa es que, se alimentará la derecha, la verdadera derecha y sus representantes para intentar ganar la ciudad.

La ciudad, ha sido y será la caja de resonancia y de movilidad política más importante del territorio nacional. La capital qué concentra a los tres poderes y por lo tanto al número más alto de burócratas, es una ciudad privilegiada, porque le hemos conseguido esos privilegios.

Las electoras y los electores de la capital deberemos sopesar y discernir desde la visualización de los privilegios qué representa cada candidato y candidata y, los qué en realidad tenemos, no los privilegios qué pretendemos o desearíamos tener, los qué hemos conseguido con la lucha de las mujeres, de los jóvenes, de todas y todos.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *