Curso intensivo para ser político

Hoy en día, ya no basta que la gente que hace política, le guste la política y por eso la haga, y quiera vivir de ella.

No a todos se les da ser políticos aunque amen la política. Eso es un don con el que se nace y es una pasión que se lleva en las venas; no es como que de un día para otro quieran ser políticos así como así.

Tampoco basta con estudiar en la universidad la carrera de  Ciencias Políticas ni  tampoco saberse la constitución mexicana o tener  algunas nociones de derecho.

Para ser un buen político en este país y hacer política hoy se requerirían de muchas cosas más.

Aquí propongo un curso intensivo para ser  un buen político.

Así como hay cursos intensivos para hablar el inglés o aprender a usar Excel, también debería de haber en tiempos electorales cursos intensivos para ser un buen político.

Las materias que propondría en la tira curricular serían las siguientes:

Control Emocional y manejo de emociones:

Hay que entender que el político que se encuentra ya en una campaña electoral es vigilado no nada más por cientos de personas sino de cámaras y medios fotográficos que van documentando cada paso que dan.

Hay que tener suficiente control emocional y un buen manejo de las emociones para no caer en excesos, en arranques de ira y de neurosis, evitar explotar ante preguntas y cuestionamientos incómodos, y tener un buen manejo de la inteligencia para saber contestar adecuadamente sin que la rabia se desborde.

Conocimiento de lo que no se debe de hacer en campaña política:

Ya no sorprende ni entusiasma ni emociona aquel político que es grabado comiendo en el puesto de quesadillas de la colonia ni parándose a comer un taquito después de una larga jornada laboral, dicen.

Ya no funcionan los bailes o ponerse a cantar canciones de Selena ni intentar poner de moda ropa y calzado.

Administración del tiempo libre

Se agradece y se valora que los políticos en campaña nos dejen respirar un poquito. Si todos los días a todas horas uno los tiene en la mente, eso no hará que la intención de voto se incline hacia ellos como ellos creen, más bien, rechazo y me aburre estar viéndoles hasta en la sopa, por lo que un político que se toma un descanso y permite que el ambiente se relaje y se descontamine visual y auditivamente de su presencia es algo que se agradecería mucho.

Curso de oratoria orgánica

Así le llamaría yo. Y es que todos los políticos además de que me molesta de sobremanera que lean lo que están diciendo, el tono con el que nos hablan y se dirigen a nosotros es realmente una ofensa.

Prácticamente nos tratan como tontos y la gente ya dejó de ser aquella a la que había que hablarle como los priistas de antaño. Ahora necesitamos que dejen de hablar como si estuvieran cantando o como si fuéramos unos niños  y sean claros y contundentes,  pero además espontáneos al hablar porque aunque no lo crean sí podemos entenderlos.

Y es que muchas veces pareciera que lo que dicen y leen no viene de ellos sino que alguien más se los escribió. Esto ya también es muy notorio y posiblemente hace unos años pasaba desapercibido pero ahora los mexicanos hemos despertado.

Manejo del Debate Político en Campaña

Esta sería una muy buena materia, muy necesaria para todos los políticos. Querer y saber debatir. No cualquiera cuenta con suficiente inteligencia emocional, dominio de sí mismo, de los nervios, de la presión para hacer un buen debate. Y sobre todo y muy importante tener un buen control y manejo de la ira, porque por supuesto el debate confronta, acorrala, señala y acusa, así que se debe de tener templanza, seguridad, certeza y claridad para ganar un debate, pero básicamente esto se logra teniendo un buen manejo psicoemocional en las y los candidatos.

Manejo de Redes sociales

Siempre será mejor visto aquel político que interactúa en redes sociales con la ciudadanía, pero para brindar atención a la población, para interactuar, para leer las necesidades de las personas, para dar esa sensación de que son de carne y hueso.

No a todos los políticos les interesa interactuar con los ciudadanos, tanto los que atacan, como los que alientan o los que cuestionan. Un buen político se interesa por sus redes sociales e intenta brindarles un tiempo, si bien no siempre tienen el tiempo para contestarle a todos todo, es un buen gesto hacerlo.

Código de relaciones públicas

Y es que, ¡ay!, los políticos que salen fotografiándose con gente que es repudiada por la sociedad, o que se sacan fotos con aquellos que terminaron siendo abusadores sexuales o corruptos, dime con quién te llevas y te diré cómo eres. La verdad es que es muy importante ver con quién se lleva el político en cuestión, pero más importante sería ver que un político intentará aproximarse a otro de la oposición, cosa que nunca en la vida ha pasado, pero que creo que sería tan valioso porque supuestamente ellos van tras el rescate del país y por amor al pueblo, pero luego se enemistan con los de otros partidos políticos, como si México fuera un trofeo y ellos miembros de un equipo de futbol.

Cómo ser honesto en tres sencillos pasos

– Dejen de aparentar. Esos serían los tres sencillos pasos. Ya nos tienen hartos con su discursito pobretón de que el que menos tiene es el más valioso, de que  a ello se no les importan los lujos, que la austeridad debe de ir por delante. Todos sabemos que es normal que te puedan gustar cosas caras y finas. Y eso no te hace una mala persona.

Se agradecería que dejaran de fingir que con cosas humildes son felices porque sabemos que lo último que quieren ser es verse humildes. Terminan por comprarse ropa cara, relojes caros, celulares caros, zapatos caros. Ya estamos hartos. Es mejor que acepten que sí, que eso les encanta, y quizá tendrían más respaldo de la ciudadanía a andar comportándose como un humilde pastorcito.

Y bueno hasta aquí el curso para ser un buen político que me inventé. Me encantaría que fuera realidad para que verdaderamente tuviéramos la seguridad de que los políticos que se ostenta como los futuros  presidentes, están preparados, no solo en temas que atañen al país sino en muchos otros temas en los que deberían de trabajar a fondo.

Quizás es una utopía… quizás no. Y algún día nos demuestren con certificado en mano que estudiaron para ser unos buenos políticos.

Es cuanto.

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