Choque de trenes en el distrito 5 de Sonora; Morena y el PRI se miden

Sonora Power

La contienda electoral en Sonora y en todo el país está compuesta por pequeños y grandes escenarios de batallas políticas, en donde unos y otros, progresistas y agentes del viejo régimen, se disputan posiciones, que más tarde servirán para integrar esa nueva fase del gran debate nacional de seguir adelante con la construcción de la transformación o ir al retroceso.

Si por la víspera se saca el día, el caso de Sonora muestra una ventaja enorme para las fuerzas progresistas, con ventajas en prácticamente todos los escenarios, la idea que tiene la dirigencia nacional de Morena es de sacar triunfos por tercer elección consecutiva en los 7 distritos federales y triunfar en la elección de senadores.

Los números que tiene ese partido en Sonora hablan por si solos, y en la más reciente contienda, cuando Alfonso Durazo ganó las elecciones, lo hizo con una ventaja de 17 puntos, por encima de su más cercano competidor; todo hace indicar que esos números en lugar de menguar han ido en alza.

Sin embargo hay una pelea en especial que genera atención y que conforme avance la campaña promete ponerse mejor, es la del distrito 5 con cabecera en Hermosillo, que aparece como una competencia dura y pura entre los fundadores de Morena y acompañantes del presidente Andrés Manuel López Obrador y los representantes del más rancio priismo, en el sentido más tradicional de la definición.

En una esquina está Jacobo Mendoza, candidato a diputado por Morena, dueño de una interesante trayectoria política y académica, un morenista hecho y derecho, formado en la cuarta transformación, egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM y forjado como becario en la Cámara de Diputados, con doctorado en Ciencias Sociales y maestría en Historia.

Jacobo es hijo de comerciantes del centro de Hermosillo, por definición “un hombre del pueblo”, fundó Morena con López Obrador, Alfonso Durazo y Javier Lamarque en 2014, y fue postulado como candidato a diputado federal en un inicio, pero después debió cambiar a competir por la alcaldía de Hermosillo en el 2015.

De él el mismo López Obrador en su papel de dirigente y fundador del Movimiento de Regeneración Nacional solo ha tenido buenas expresiones, “Cómo van a querer a Jacobo los de la oligarquía, si él representa todo lo contrario a ellos… Cómo no le van a temer sí el representa al pueblo”, dijo en aquél momento.

Jacobo fue secretario general del partido con Alfonso Durazo y cuando este se retiró de la dirigencia estatal para competir por el Senado en el 2018, asumió la presidencia del partido, y lo vio triunfar de la mano del hoy presidente.

A él le tocaron las decisiones complicadas, asignar candidaturas, pero también le tocó triunfar en la elección y ganarlo todo, 3 años después participo como candidato a diputado local y por primera vez triunfo en el distrito 8 con cabecera en Hermosillo, además de presidir en su primer periodo ordinario a la LXIII Legislatura del Congreso del Estado y tomarle protesta a Alfonso Durazo como gobernador, presidir la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales y desde ahí restituir el orden jurídico, luego de una serie de reformas inconstitucionales que promovió al final de su mandato la entonces gobernadora y hoy cónsul de México en Barcelona, Claudia Pavlovich.

Jacobo es un soldado del movimiento de regeneración nacional y de la 4T, que sin embargo merece un rol mayor de protagonismo.

Enfrente tiene a Ernesto Gándara Camou, hijo del empresario hotelero César Gándara, quien durante la segunda mitad del siglo XX fue el eterno aspirante a gobernador por el PRI, en aquél tiempo maquinaria invencible. Nunca lo logró, aunque sí fue alcalde de Hermosillo en 1957.

Se puede afirmar que la familia Gándara forma parte de la oligarquía empresarial y política de Sonora, no solo por Don César y su familia directa, también Javier Gándara Magaña (sobrino del empresario) fue alcalde de Hermosillo y candidato a gobernador, y tienen un antepasado que fue el hombre fuerte en la política de Sonora en la segunda mitad del siglo XIX.

Su hijo Ernesto también lo fue en el año 2006 y desde entonces se ha ubicado como aspirante a gobernador, buscó serlo en el 2009, sin embargo, su entonces amigo y mentor político Eduardo Bours Castelo (gobernador de 2003 a 2009) literalmente lo trampeó para imponer a su candidato Alfonso Elías, quien acabó perdiendo ante el neopanista Guillermo Padrés.

Como premio de consolación logró ser nominado como segundo de fórmula en el 2012 para acompañar a Claudia Pavlovich, con quien sacó el triunfo frente al panismo; buscó desde ahí sin éxito la nominación a gobernador en el 2015, misma que por operación de Manlio Fabio Beltrones se le entregó en charola de plata a la exgobernadora.

Finalmente Ernesto logró la muy ansiada nominación en el 2021, pero solo para perder frente a Alfonso Durazo.

Hoy el choque está listo, Jacobo representante de la izquierda lopezobradorista, representante del interés del pueblo, frente a Ernesto, representante de la oligarquía sonorense, del priismo de antaño y quien considera que se la deben.

Como tercero en discordia está Enrique Claussen, un expriista que fue secretario de salud con Claudia Pavlovich, pero que ahora reniega de la ex gobernadora que por lo demás es su comadre. Enrique compite por el Movimiento Ciudadano y de él se dice que está ahí por encargo de su ex jefa política y para hacerle la guerra a Ernesto Gándara a favor de Morena.

Lo cierto es que se trata de una contienda entre 2, el de Morena y el del PRI, y tiene como antecedente directo una elección en el 2021, cuando la diputada electa Wendy Briceño sacó la elección del conteo voto por voto, donde prevaleció solo por 2 mil 800 sufragios.

Correspondencia a demiandu1@me.com | X: @Demiandu

#SonoraPower

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *